Como digo a veces: “Qué
difícil es conseguir una abstracción de la Seidad, desde nuestro conocimiento
occidental”. Todos nuestros conceptos están basados en la percepción, en la
inmersión en la dualidad.
Queremos conocer la Vida desde su
manifestación, desde nuestra percepción de vivir, más que de lo que vivimos o
de nuestra manifestación de ser Vida. Creemos en un Dios que tiene una Creación,
que tiene que salvarnos sacrificando a su Hijo, o que hay una Chispa Divina que
al final tiene Él que activar para salvarnos, que tenemos un Interior Divino y
un Exterior de materia, ego y demoniaco.
He leído muy pocos Sutras completos,
apenas leo trozos cuando al pasarlos de PDF a Word, tengo que corregir los
errores, pero en ellos veo el Espíritu de la Seidad, ese que la Compasión de
Buda es porque no es Compasivo, porque ni tan siquiera hay Buda, solamente es
llamado Buda.
Cuando en el Ocultismo vamos al
entendimiento del funcionamiento de los éteres o de la naturaleza, olvidamos que tras muchas explicaciones cuando Hermes fue preguntado por la
Naturaleza de Dios, cerró fuertemente los labios, por toda explicación.
Buscando la explicación, el conocimiento
de los conceptos, hemos olvidado cerrar fuertemente, no solamente los labios,
sino todo lo que somos, para poder percibir el conocimiento desde la Sabiduría.
Hay infinitos conceptos, que podríamos
incluir en una ecuación que permitiese llegar a una abstracción, lo suficientemente
cercana para poder percibir la Naturaleza de la Seidad. Podríamos usar los más
corrientes y simples, por ejemplo: “Vacío, ego, absoluto, Seidad”.
En budismo hay veces que la negación de
algo, es lo que le afirma. En la Seidad no puede haber algo que sea. Lo Absoluto,
es siempre Vacío. El ego es inexistente, sin entidad, sin Naturaleza, pero es viviendo
en un mundo de egoísmo, cuando realmente no existe el ego. Siendo Todo Vacío,
tiene que haber un Todo, tiene que haber un Universo, para que el Vacío pueda
existir.
Creemos que hay un Nirvana, un cielo, un
mundo de bienaventuranza, un Paraíso, que hay que encontrar o alcanzar. Que este
mundo de: “Egoísmo, miseria, pobreza espiritual y humana, envidias,
odios, deseos, sufrimiento, luchas fratricidas, muerte y falto de amarnos a
nosotros y a lo demás”, tiene que ser destruido para que el Ser
del Paraíso pueda manifestarse, alcancemos la Perfección y poder vivir
Eternamente en el Amor.
En ese Paraíso, seguiría existiendo el
mismo que nos impide establecer ese Cielo en nuestras vidas actuales, ese que
sabría que existimos en la Perfección.
La Naturaleza de la Seidad es, que no
puede manifestarse el ego en el Egoísmo. Que no podemos odiar en el Odio. Que no
podemos amar en el Amor. Que no hay Buda en Buda. Que no se puede ser compasivo
en la Compasión.
En la Seidad el guerrero no
combate en la Guerra. La Sabiduría, es la manifestación de la Ignorancia.
Nosotros contemplamos, percibimos,
queremos encontrar el Ser, pero el encontrarlo implicaría que manifestaríamos la
sombra de la Seidad. En la Seidad no hay un algo siendo, es el Ser Vacío, pero
si pensamos en algo carente de algo existiendo, como Vacío, estaríamos
totalmente equivocados, porque en la Naturaleza de Seidad, solamente hay
Exitencia, pero sigue sin haber algo existiendo.
Son abstracciones que pueden
conseguirse, desde el entendimiento, pueden vivirse en la Sabiduría, pero es el
entendimiento en una ecuación de sus factores, lo que permite que el resultado
llegue a las cercanías de lo que nos hablan los Sutras.
Ese mundo que buscamos es este mundo en
el que vivimos y queremos ver y conocer. No es el egoísmo, el que permite la aparición del ego, sino el yo que lo vive, el que le observa,
el que le manifiesta, el que percibe a los demás, el que le da entidad. No es la ignorancia la que impide
la aparición de la Sabiduría, es la Ignorancia en su Seidad, el contenedor de
la Sabiduría.
Nosotros contemplamos nuestro vivir, sin
estar viviendo. Contemplamos el odio como algo exterior, manifestándolo
odiando.
Hay algo simple en la Naturaleza de la
Seidad, el Frío no puede sentir frío, porque en el se guarda todo el Calor. Pero
aún más importante, en la Seidad no hay nada que pueda enfriarse.
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