Hay muchas
frases atribuidas a Shakyamuni, la mayoría entresacadas de los Sutras, que nos
hablan de la mente y sus peligros. En general no sale muy bien parada de los ejemplos
y peligros, que entraña para nosotros la mente: “El
peor de nuestros enemigos, creadora de nuestros males, semilla del sufrimiento,
la que nos engaña en lo que percibimos, entrada de la falsedad,….”. A veces olvidamos que también nos dice que: “es cuando no está bien entrenada, cuando es la que guía
la carreta, es usada mal, o es descuidada”. Tampoco
tenemos en cuenta las leyes del Yin y el Yang, si es la que crea el mal en
nosotros, es también la que puede crear el bien.
Debido a
nuestra visión de ella, deseamos: “Silenciarla, ver con el alma, vivir con el
corazón, dejar de usarla o etiquetarla entre las partes a no usar, o bien a ser
expulsada de las vidas elevadas”.
Os cuento
la historia de un carpintero y constructor que un día conoció a Buda:
“Llegó un día Buda a una pequeña aldea, hablando con las
gentes, conoció acerca del gran sufrimiento en el que vivía el carpintero que construía
las casas, muebles y utensilios de la aldea y los alrededores.
Este le dijo, que desde que alguien le había regalado un
martillo precioso y totalmente diferente a cuantos había conocido, vivía con
grandes dolores y sufrimiento.
Preguntado por la causa de tal cambio,
explicó que no deseando que el martillo tan maravilloso se estropease, sujetaba
los clavos firmemente con la mano, golpeando con el martillo en la mano, para
que no se estropease al golpear en el hierro.
En su Compasión, Buda le
dijo que: “El problema estaba en la mano, que tuviese cuidado con ella”.
Pasados unos
días, de nuevo llegó Buda a la aldea y preguntó por el carpintero. Los vecinos
consternados le dijeron que había muerto en grandes dolores y sufrimiento.
Siguiendo los
consejos de Buda, el carpintero se había cortado las manos para evitar sufrir. Buscó
un ayudante que manejase el valioso martillo, continuando con su trabajo.
Sujetando firmemente
los clavos con la boca, el ayudante golpeaba firmemente para introducirlos en
la madera”.
Entender lo
que nos dicen es primordial, no dar nuestro trabajo y responsabilidad a los demás
es importante, saber utilizar correctamente las herramientas evita los errores
y el sufrimiento, hacer correctamente nuestra actividad nos saca del dolor.
Creer que
la mente es nuestra enemiga, que podemos dejar de escuchar nuestros sentidos
que son interpretados por la mente, tratar de silenciar parte de lo que somos,
creer que trabaja en nuestra desgracia, no es nunca lo que nos dice Buda.
No importa
lo claro que parezca en las frases o palabras que escuchamos, es nuestra
responsabilidad entender lo que nos dice quien no puede dejar de Ser Uno, Todo,
en el que no sobra ni falta nada, en el que en su Amor y Compasión es cuanto es
manifestado o inmanifestado.
Debemos cuidar
nuestro entendimiento y usar incluso el menos común de los sentidos, “El Sentido Común”.
Como dice
el Maestro, la Mente de Buda, la Mente Universal, es la mente ordinaria, la mente común,
la de cada día. La Mente es el Ahora Infinito, donde no se producen
pensamientos, porque todos existen en Ella.
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