En
mi búsqueda de la Verdad, he leído y releído, mirado desde un escrito a otro,
de una explicación a otra, las frases que dicen que dijo Shakyamuni, después de
saber que era Buda.
La
verdad es que me pierdo en ellas, pues unas veces me dicen que vaya para un
lado y otras para otro.
Si
como se dice en Sandokai: “En ese Camino que sin importar cuán lejos
en la distancia puedas caminar. Conforme vas caminando, se pierde la distinción
de lo que estaba cerca o lejos, y si llegas a perderte, se levantarán obstrucciones
en forma de montañas y grandes ríos”.
O en el Hokyozanmai: “La
garza blanca, desaparece a la vista en el brillo de la luna. Se confunden entremezclados
ambos, pero no dejan de ser diferentes”.
Pero
lo que más interrogantes me crea, es que estas respuestas, están dadas a las
preguntas de otras personas, en otro tiempo y circunstancias.
Incluso
me pregunto, no ya por Buda, sino si tan siquiera este Shakyamuni ha vivido
realmente, si dio esas respuestas, si dijo esas frases.
Pero
además me pregunto, si al mirar las frases aisladas del resto de la conversación,
me perderé sin saber el color de la garza, al no tener con qué compararla, al
verla aislada del contexto.
Si
caminando atento a lo que estoy viendo, no perderé la profundidad del
significado en el contexto, creyendo que estoy cerca o lejos, de donde estoy.
Me
gustaría saber, si yo le hiciese las preguntas en mi ahora, en este momento, a
Buda, si no serían diferentes las respuestas. Preguntar pregunto, pero no logro
escuchar las respuestas.
En
el viento, hay un susurro que dice: “Escucha atentamente, no
estás escuchando”.
El
problema de las frases, es que creemos que las preguntas las hicieron otros,
que las respuestas son para otros, por lo que no tratamos de saber lo que Buda
debería haber contestado, para comprender sus respuestas.
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