No pretendo molestaros

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Yui Shin

domingo, 15 de enero de 2017

EL JUEGO DE LA FELICIDAD


          Estaba un día Dios descansando en el Cielo, cuando vino el Hombre a hablar con Él.
          “Dios, qué aburrimiento es la vida, rodeados de naturaleza, que nos da suficiente para comer, que cada día nos obliga a caminar más lejos para encontrar algo que sea diferente y nos alegre el día”.
          “Hijo, estoy en mi tiempo de descanso, pero si quieres algo, dímelo”.
          “Pues mira Dios, nos gustaría encontrar la Felicidad, sería entretenido y saldríamos del aburrimiento”.
          “Bueno hijo, como sabes, en época de descanso yo no puedo trabajar, pues sería sancionado, por inmiscuirme en vuestro Libre Albedrío. Así que lo que podéis hacer es buscarla, y si la encontráis, podrá vivir con vosotros”.
          El Hombre regresó a su mundo, habló con todos y les transmitió la gran noticia: “He recibido la promesa de Dios, de que si jugamos a encontrar la Felicidad y lo conseguimos, Ella vivirá con nosotros”.
          Ilusionados, todos se pusieron a buscarla con gran denuedo y pasión.

          En su mundo, la Felicidad niña aún, jugaba alegremente con su amada hermana, llamada Infelicidad.
          En su inocencia, jugaban una y otra vez a encontrarse, pero tan grande era su amor que rápidamente se encontraban la una a la otra.
          Viendo cómo la buscaba el Hombre, se le ocurrió, para que le fuese más difícil a su amada hermana encontrarla, esconderse en los pies del Hombre.
          De esta manera, no importaba cuanto corriera o se quedase parado, ella siempre estaba oculta, donde el hombre estaba, donde el hombre posaba su huella.
          Desde entonces, Infelicidad la ha buscado incansablemente, pues no puede vivir sin ella. Viviendo justo en la huella del Hombre, al ser buscada en todas partes, alrededor y fuera de nosotros, solamente vemos a su desesperada hermana, que la busca incansablemente.
          El Hombre juega a encontrarla, Ella vino a quedarse en la huella del Hombre, pero en sus juegos, solamente la Felicidad encontró al Hombre, mientras el Hombre buscando fuera, solamente percibe el amor de su hermana, que la busca incansable, llamada: “Infelicidad.
          Finalmente no llego a comprender, si esto será un drama o simplemente un poema de desencuentro.

Te busqué tan desesperadamente,
Que no pude encontrarme.
Tanto miré para poder verte,
Que no pude verme a mí.
Te busqué en tantos lugares,
Que no busqué donde yo estaba.


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