Hemos estado
debatiendo acerca de trabajar sin salario, un gran número de opiniones, miran
el trabajar sin una remuneración, la vuelta a la esclavitud, la pérdida de la
dignidad, no es posible que se realice un trabajo sin que se reciba un salario
en forma de dinero. En otros casos se piensa que trabajar, aprendiendo y
consiguiendo situarse en un punto en el que pueda conseguirse dinero en el futuro,
justifica el que solamente sea necesario recibir alojamiento y sustento. Otros opinan,
que cuando se está aprendiendo trabajando, lo aprendido es suficiente
recompensa.
Los mercaderes
habían vendido los corderos pascuales en el templo, desde siglos. Pero un día
Jesús los expulsó del templo indignado por su comercio. Había acudido y siguió
acudiendo, sin reaccionar, aceptando el comercio y el mercadeo que había, para
vender y comprar lo que le era ofrecido a Dios, confiando en que sus peticiones
serían escuchadas. Probablemente, no era el seguir las tradiciones lo que
intentó mostrar con su enfado.
En la Vida,
nada de lo que existe es lo que es, para recibir un salario. Nada se expresa o
se muestra en la actividad propia, para ser recompensado por los Cielos, por
Dios o la Vida. La actividad del Universo es ser universo, día y noche, en cada
ahora, en la Eternidad, pero no pide nada a cambio. Creemos que no reciben
recompensa, que al ser cosas no tienen por qué recibir un salario, nosotros
usamos las herramientas y las compramos, pero no les damos salario, ni tan
siquiera las cuidamos, pues es más fácil explotarlas y comprar una nueva, desechando
la que se ha hecho vieja o estropeado.
Pero es que
en el Universo, somos los únicos que llamamos trabajo, a mostrar o expresar lo
que somos, por lo que es ese tiempo en el que no estamos expresando lo que somos,
lo que es pagado, lo que es imprescindible que se pague el tiempo en el que
negamos lo que somos.
Judas,
recibió treinta monedas de oro: “Por dejar de ser discípulo de Jesús, por
olvidar su honestidad, sus principios, su humanidad, su dignidad, convirtiéndose
en vendedor de su Maestro, de su viajar al Espíritu, de lo que era su Ser”.
Todo recibe
su sustento en el Universo, por ser lo que es. A todo le es permitido existir
por ser lo que es, sin trabajar y sin recibir salarios. Hemos creado una
sociedad, un Universo en el cual, hacemos actividades para satisfacer a los demás,
para ser lo que los demás dicen, exigiendo por tanto ser recompensados. Queremos
ser buenos, perfectos, convertirnos en seres humanos, no para evolucionar, sino
para ser felices y que nos premien con el cielo.
Comentaba en
la página de María, a una frase sobre trabajo y salario:
“Le
pagamos a nuestros pulmones con tabaco, a nuestro corazón con colesterol. ¿Dónde
está la diferencia?
Somos
nosotros los que no latimos, los que no aspiramos y expiramos aíre, los que
disfrutamos y nos beneficiamos de su explotación.
Los
Sindicatos no trabajan, los políticos tampoco, los poderes o sus palmeros
tampoco, pero trabajan para usar y disfrutar de los beneficios.
Los
pulmones y el corazón, no trabajan, simplemente son lo que son.
En
budismo se habla del "no hacer", sino manifestar, expresando y siendo
lo que somos en nuestra actividad. Algo por lo que no es necesario cobrar.
Pero
nos han dicho que hay que hacerlo, trabajar por una recompensa, que lo
importante no es lo que manifestamos sino lo que recibimos. Al final nos
prostituimos por un salario, haciendo lo que nos dicen, cuando nos lo dicen,
para recibir más de lo que a veces es necesario, cuanto más recibimos, más caro
es lo que fabricamos, lo que hace que otros sean fácilmente esclavizables para
obtener lo necesario para pagar nuestros salarios.
Manifestar lo que somos en una actividad y
tener una vida social plena, no es cuestión de salarios que piden los
sindicatos y afines, tampoco es de trabajar como exigen los poderes, sino que
el pueblo sepa lo que es justicia y la use para crear la sociedad donde vive”.
No es la actividad realizada, no es si
recibimos dinero o no, es si realmente somos una sociedad, un universo o
simplemente mercadeamos con nuestras vidas, con lo que somos. Porque trabajar es
no expresar lo que somos, que nos paguen por ello, es que nos recompensen por
dejar de ser y expresar lo que somos.
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