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Yui Shin

lunes, 12 de junio de 2017

MONOTEÍSMO

          Hay un cambio importante en las religiones, hace unos 3.000 a 2.500 años, se acortan los panteones de dioses y se comienza a crear el Dios único del monoteísmo.
          Más antiguo quizás es el taoísmo, que ya habla de un algo increado, que es de antes del principio, que no ha sido creado y que es el no-nacido, que serán las características del Dios de todas las religiones que nacerán a continuación.
          Las zonas religiosas de India, Oriente Medio y China, son las cunas de las religiones más extendidas y de los Imperios, que extienden esas religiones. Es donde se pasa de un Dios principal, con una cohorte de dioses, que representaban las diferentes dualidades y tendencias importantes, de las emociones y la mente, a un Dios inclusivo.
          En Oriente Medio Zoroastro (Zarathustra), crea una religión, que pueda unir a todos los que han combatido en diferentes zonas y adquirido, distintos nombres de dioses, lo que origina las tensiones y luchas por encontrar al más poderoso y capaz de darles cuanto piden y necesitan. Reconoce como divinidad a Ahura Mazda, considerado por Zoroastro como el único creador increado de todo. Probablemente basada en algunos puntos, en las creencias de ciertos dioses de India y Grecia, pero con grandes cambios en cuanto a la concepción de Dios y su relación de Amor con la Creación.
          Poco después se establece el budismo en India, y solamente es cuestión de tiempo que se extienda el concepto nuevo de Dios Único. Nace el judaísmo, que se mezcla con diferentes religiones de la zona y es grandemente influenciado por Egipto y sus dioses, si bien hay un fondo que permanece en el espíritu de la religión, que acepta la creencia monoteísta. De él, nace una nueva forma de entenderlo, en la que se olvida al Dios vengador y la ley del talión, para encontrar al Dios del Amor, que está más acorde con el zoroastrianismo y el budismo. En cuya Unidad están incluidas todas las formas de dualidad.
          Y es cinco siglos después, cuando de esta corriente, nace en las tribus y nómadas de Oriente Medio y las zonas cercanas, de la unión de innumerables dioses tribales y creencias influenciadas por el comercio y las luchas, la experiencia de Mohammed el Profeta, que encuentra en estas fuentes, en el judaísmo, el cristianismo, el parsismo, y lo que es el desarrollo del espíritu humano, un monoteísmo, que tiene por Dios a Allah.
          No es un planteamiento, histórico, detallado o científico, es simplemente una visión simple de lo que acontece en un tiempo, en el que se establecen los principios de los valores que puedan conseguir la unión de las diferentes culturas.
          Lo consigue con las tribus, con diferentes creencias, que de nuevo encuentran la separación, no por el concepto de Dios como anteriormente, sino por el nombre y la forma de adorarle, que se ha construido de acuerdo a costumbres anteriores modificadas para que expresen amor y unión, pero que al tratar de unir tantas costumbres para ser aceptadas por todos, se pierde el Espíritu del nuevo concepto de Dios.
          Es quizás en las luchas fratricidas, donde mejor podemos observar el odio, el mal que llevamos escondido tras las palabras y las apariencias. Es cuando expresamos toda la frustración, toda la insatisfacción, al no conseguir que ese Dios de Amor nazca en nosotros, hacia los hermanos que han bebido de las fuentes más cercanas y que tienen otra forma de ver a Dios, le conocen por otro nombre, le expresan con otras palabras y costumbres heredadas de su paganismo o creencias anteriores al Dios Único de Amor.
          Siglos y siglos de odios, guerras, asesinatos, intentos de destruir al otro, de exterminarle. Somos los infieles, los no-creyentes, los unos para los otros, herederos, hermanados y creyentes en religiones provenientes del judaísmo, Islam y Cristianismo, están enzarzados en lucha fratricida por cómo vemos y llamamos al mismo Dios, al Único Dios.
          Los dos con un mismo error, al no ver a la Madre de Dios como a la mujer, a la Madre de toda Vida. Sino como la que lleva al hombre al pecado y a la expulsión de su cercanía con Dios.
          Una es Eva, la mujer que tentada por el mal, lleva a Adam a pecar y alejarse de Dios, fuera del Paraíso, en el mundo de sufrimiento y esfuerzo por sobrevivir, olvidados de que es precisamente por ello, por lo que podemos ejercer el Libre Albedrío.
          La otra es la mujer que lleva a la lujuria y el pecado al hombre. Que muestra su debilidad, su falta de justicia, su indignidad, a ocultar el pretexto, en lugar de cambiar cómo ven a la mujer sus ojos. Reducida a un simple objeto de placer, procreativo y que cuida el hogar, es arrinconada, simplemente para que el hombre no tenga que utilizar su Libre Albedrío.
          Porque el hombre peca, porque no es capaz de pensar en otra cosa que en ella, si no está tapada y oculta su belleza, su feminidad.
          No es extraño que sus tierras sean desérticas, porque destruirían u ocultarían la belleza del mundo, porque era una tentación.
          Hemos olvidado el Amor de Dios, hemos olvidado que el pecado no está en el objeto que se ve, sino en los ojos que miran, en la mente del deseo, en nuestros corazones que en lugar de amar se llenan de ambiciones de posesión, olvidando que todo pertenece a Dios, que es el único que no es dueño de nada.


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