Mirando nuestras
vidas, mirando alrededor, observando nuestras creaciones en lo que nos rodea y
mueve, nuestra frustración nos lleva, a tratar de conseguir algo que nos
permita sentirnos satisfechos. Creemos que la satisfacción es con la sociedad,
con el entorno, pero solamente una satisfacción, conduce a la felicidad y es
con uno mismo.
Buscamos el
conocimiento, el poder, la riqueza, la salud, la humanidad, la hermandad. Para ello
hemos creado: “Familia, amistad, asociación,
países, pueblos, aficiones”. Tratando de
encontrar esa esquiva felicidad, ese vivir con lo que tenemos y con lo que
somos, sin necesitar algo más, que nos diga que hemos triunfado.
Desde que
podemos recordar, nuestra búsqueda constante creemos que ha sido para la
comprensión y el conocimiento de la Vida. Una sociedad que cubriese nuestras
necesidades, materiales y afectivas. Una convivencia en la igualdad y la
justicia. Una convivencia alejada de la discriminación, en la que aceptemos que
los demás no son lo que vemos o pensamos que son, que no enjuiciemos desde
nuestra comprensión, sino desde la aceptación.
Sin saberlo,
lo que hemos estado buscando ha sido: “El
Amor”.
Pero al
igual que cuando vemos o percibimos algo por primera vez, no sabemos lo que es,
pues no le hemos dado nombre, ni lo hemos definido, y solamente nos produce
curiosidad, el Amor, nos ha producido esa curiosidad de desear saber lo que es,
le hemos dado nombre y definido como: “Que
nos respeten, ayuden, estén cuando los necesitamos y que no controlen nuestras
vidas”, hay mucho más, pero en general
dedicamos más escritura y pensamiento, a lo que nos tienen que mostrar para que
sepamos que nos aman, que para saber si amamos, que muchas veces es suficiente
la necesidad y deseo que sentimos hacia alguien o algo, para decir que lo amamos.
Pero hay
cosas en la Vida, que no es suficiente con: “Conocerlas,
nombrarlas, sentirlas”, por ejemplo: por
decir que comemos o respiramos, no se nos llena la tripa o los pulmones de
alimento, hay que hacerlo.
Otras cosas,
incluso haciéndolas, no es suficiente, pues no podemos cargar con nada que no
seamos nosotros mismos. Creemos, que en la acción de comer está el final de la
alimentación, pero hay que cagar para no morir envenenado. No es suficiente con
llenar de aire los pulmones, hay que vaciarlos, para no morir asfixiados.
Y es que de
la Vida, solamente podemos llevar, lo que hemos transformado en lo que somos,
en nuestra individualidad.
Cuando conseguimos
no discriminar, aceptar como es cuanto nos rodea y somos, cuando vivimos con
los valores y principios de convivencia como una sola individualidad, es el
comienzo de digerir lo que somos, lo que hacemos en la Vida. Llegando el día
que mostrando en nuestro vivir esa forma de ser, sería el comienzo de estar
conviviendo como si fuésemos Amor.
Y habríamos
terminado nuestra búsqueda, siendo el momento en el que dejaríamos de saber de la
existencia del Amor, de la Felicidad, de la Humanidad. Abandonaríamos la
frustración, el deseo, incluso la búsqueda de nosotros mismos, porque no hay
mejor abandono que ser Amor.
No encontraremos
una sociedad, un Universo, una vida, que puedan darnos algo más de lo que
somos.
Lo que somos no es un
nombre, un sentimiento, un deseo, algo que podamos crear, algo que podamos
encontrar o conocer. Es algo que hay que manifestar para serlo, es algo que hay
que no-serlo para manifestarlo, dicen que somos Vacío, pero no puede existir un
Vacío que no sea de Amor, si tiene que manifestarse la Vida.
Es tan hermoso lo que has escrito que entiendo tu sentir , felicidades por tus logros personales para contigo saludos
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