Shakyamuni
nos previene de muchas cosas, es claro y preciso en sus consejos. Estuvo cuarenta
años, explicándonos nuestras dudas y lo hizo para que no tuviésemos dudas de cómo
actuar.
Pero obviamente
sus consejos, desde la Compasión, estaban a la altura de nuestro entendimiento,
dirigidos para que pudiésemos avanzar, llegar a comprender cuál y cómo debería
ser la Vida de quien sabía o pensaba que era Buda.
Dentro de
su enseñanza acerca de cómo salir del sufrimiento, entre los puntos más
importantes para mí, están: “La aceptación y no discriminar”. Pienso que, si pudiésemos
poner nuestro vivir dentro de estos dos consejos, no podríamos salir del dolor,
porque no se produciría el dolor en nuestro vivir.
Jesús lo
explicaba con: “No ver la viga en nuestro ojo y la voluntad del Padre”, que deberíamos
ver más como la Voluntad del Ser, no un Padre externo, sino al que nos
autocrea. Y no un ojo de un prójimo separado, que ya estaría dentro de la
discriminación, sino el mirar lo que nos rodea sin tener en cuenta, que es lo
que tenemos en nuestros corazones lo que vemos fuera.
Si a estos
consejos unimos la Gran Duda del Budismo, podemos ver que el no discriminar y
aceptar, viene de la visión clara y correcta de lo que somos y nos rodea. No es
el no ver demás, sino saber que no hay separación. No se trata de no ver el mal
o las equivocaciones, sino saber que sin importar lo que recibimos, podemos
conseguir lo correcto. Cuanto aportamos a la Vida, tiene el Yin y el Yang, que
no puede ser evitado. Cuanto la Vida nos aporta, es Yin y Yang, sin que podamos
recibir algo diferente.
Que podamos
conseguir el resultado correcto, independientemente del aspecto que presente al
exterior, solamente es posible si sabemos ver lo aparente y lo oculto,
emitiendo para ello el juicio correcto de qué parte y cómo debemos actuar con
lo que hemos recibido.
Este juicio,
es opuesto a enjuiciar en la discriminación, en la que no es el conocimiento de
lo recibido para hacernos responsables del resultado, sino su calificación
desde nuestra opinión y voluntad, sin aceptar la responsabilidad de lo que
hacemos con el ahora.
Si pensamos
que el resultado de nuestras vidas, es debido a los demás. Si la sociedad que
somos, es consecuencia de lo que hemos recibido. Estamos olvidando nuestra
responsabilidad.
A veces
pensamos que hacer juicios a los demás, es lo malo. Que nos lleva a
enjuiciarlos calificándolos, siendo esa calificación lo que crea el mal.
Pero hay
que realizar un buen diagnóstico para conseguir óptimos resultados y que sean
correctos.
Hay que
saber cómo es lo que recibimos, si queremos saber el resultado de nuestra
actuación.
Saber que
alguien vive en el mal, no es enjuiciar a la persona como mala, sino ver por
donde llevarla o mejor que vaya, al bien.
Ver la
mentira, la ira, la maldad, es saber lo que nos dan, sin discriminar lo
recibido, ni a la persona que nos lo aporta, sabremos cómo conseguir que lo
correcto sea el resultado, no para nosotros sino para la Vida, incluyente de cuanto
nos rodea y somos.
A veces
hay que entender que las palabras y consejos, están en un contexto, siendo
nosotros los que debemos comprenderlas mejor, conforme crece nuestro
entendimiento.
Cada palabra
de Shakyamuni, tiene que ser analizada en el contexto de todas las demás, de su
vida, y de cuanto le rodeó y sus circunstancias. No para saber lo que Él dijo,
sino para crear nuestro entendimiento del que sí somos responsables.
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