No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

Si tenéis que pagar para entrar en la página, no es la original. Como digo a la derecha es Gratuita y sin publicidad.
Yui Shin

sábado, 19 de agosto de 2017

LA SEMILLA DEL TERRORISMO

         Tenemos atentados continuamente, cada día, cada hora. De ellos solamente algunos saltan a los titulares de las noticias y misteriosa y tristemente son los únicos que llegan a nuestras conciencias, a nuestros corazones.
          Pasa en todas las sociedades, no se trata de señalar con el dedo a una solamente, si bien lo haré por la cercanía en el grupo, en la sociedad y el tiempo.
          Lloramos los atentados en Barcelona, si bien no ha sido el único, nos sorprende que unos jóvenes, casi niños, tengan tan perdidos sus valores, su dignidad, su humanidad. Miramos cómo han podido ser adoctrinados para no tener sentimientos, aparte de seguir y ejecutar la voz de su amo: “La bestialidad, la inhumanidad, como cualquier alimaña sin dignidad”.
          Nos olvidamos mirar el adoctrinamiento de las guarderías y todo tipo de espacios, para conseguir las masas independentistas, olvidados que todos somos humanos, sustituyendo: “Todos somos Barcelona”, por “No somos españoles”.
          Pasar de todos somos “Uno”, “Una sociedad”, por “Nosotros somos diferentes”, “Separémonos”.
          Hemos tenido en casa a ETA, “la kale borroka”, niños aprendices de terroristas, de la separación, del yo soy diferente y tengo la razón, mataré a cualquiera que no me siga.
          Pero el problema es el adoctrinamiento general, necesitamos que nos programen para saber: “Cómo tenemos que ser, cómo vivir, cuáles son los valores de la Vida, sus principios, cómo y cuándo tenemos que respirar, lo que sentir y pensar”. Somos menos que borregos movidos por perros según la voluntad de un pastor, somos, los que han renunciado voluntariamente por comodidad: a su responsabilidad, semilla de la libertad.
          Nos sorprende lo que ocurre a nuestro alrededor, viendo aterrados la falta de valores, el adoctrinamiento de cuantos nos rodean. Buscamos la verdad y la pureza, rebelándonos contra los que llamamos poderes o pastores, siguiendo a los pastores que quieren invadir el prado de los otros, los ya establecidos.
          La Vida no entiende de valores, ni de principios, ella está sumergida en el Amor, ese que nosotros buscamos pidiendo lo que nos tienen que dar para dejarnos amar, para devolver lo que tengamos a bien, a aquellos que hagan lo que exigimos.
          O bien, faltos de amor por nosotros mismos, buscamos a alguien a quien seguir, entregando más que nuestro amor, nuestras vidas, de las que no queremos ser los responsables, teniendo que pensar qué haría un ser humano en esta situación.
          Culpamos a Dios, a quien nosotros hemos creado como Amor, una de las definiciones por las que le conocemos, del odio y el egoísmo en el que vivimos.
          Culpamos de inhumanidad, al ser que nosotros hemos definido como humano, el que creará la Humanidad, que desgraciadamente somos nosotros. Siendo los adoctrinadores: por no saber qué hacer nosotros, por la ambición, el egoísmo y sobre todo la ignorancia de lo que somos. Siendo los adoctrinados: por no saber qué hacer nosotros, por la ambición, el egoísmo y sobre todo la ignorancia de lo que somos y no aceptar la responsabilidad de nuestras vidas.
          Hay que solucionar el terrorismo, erradicarlo, pero desde sus raíces, desde las semillas: “El adoctrinamiento, la huida de la responsabilidad, el miedo a amar desde la aceptación”. Porque tristemente somos la tierra y la lluvia que nutre la indignidad en la que vivimos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario