Tratamos de
crear una sociedad en la cual el resultado debe ser, el que Dios decida o el
que pidamos que los demás realicen.
Siendo nuestra
aportación exclusiva: “Los deseos de cómo tiene que ser y funcionar”.
Durante unos
20 años he practicado la reflexoterapia, en la cual la idea es que si quieres
tener buena salud, la solución es que crees una persona sana, no se ha tratado
nunca de que yo o la reflexología los cure, sino que cada uno, cree de sí mismo
“Una persona sana”.
Una persona
sana, en la que hay que comprender que si lo que hemos creado, es una persona
enferma, tiene que tener sana la enfermedad, o lo que es lo mismo una
enfermedad fuerte que la mantenga en un estado de suma gravedad.
La reflexología,
mis consejos, mis divagaciones filosóficas son simples herramientas, cuyo
resultado dependerá de cómo son usadas, no por mí, sino por la persona que
quiere y desea cambiar su vida, o la forma en la que la vive.
Imagino que
Dios y la Vida, piensan igual que yo: “Si te he dado las herramientas y la
libertad de usarlas, eres el creador de lo que eres, de la sociedad en la que
vives, fiel reflejo de tu Universo”. Por supuesto que ellos tendrán más
responsabilidad, porque yo soy un ser insignificante del Infinito Universo, y
ellos son el Universo Infinito.
Pero entonces
perdería mi libertad, que es lo que estoy reclamando. Todo lo que pedimos que
tienen que crear nuestra sociedad, significa la pérdida de mi libertad, la
entrega de mi responsabilidad, mi huida de crear lo que soy, ser mi propio
creador y si no me gusta mi obra, recrearla de nuevo.
El último
pensamiento que debemos tener es el de destruir nuestra obra, porque no es la
destrucción de la enfermedad lo que nos convierte en personas sanas, sino poder
ver lo que somos desde la aceptación. Si lo que vemos es una persona enferma,
nuestra buena salud es existir en la enfermedad. Si no es lo que deseamos, no
destruyamos la enfermedad que haría desaparecer lo que somos: “Una persona
enferma”, no teniendo nada para crear un nuevo yo, un nuevo Universo en el que
podamos manifestarnos.
Lo que
tenemos es que transformarnos en una: “Persona sana”, en la cual no se
manifiesta la enfermedad, que continúa existiendo en nosotros sin manifestarse,
pues no es necesario en lo que somos, en el Universo donde no hay manifestación
de la enfermedad. Eso es ser una persona sana, no la que vive en el odio y el
deseo de destrucción, aunque sea del mal, de la enfermedad.
Deseamos una
sociedad, debemos verla en nosotros, pues es nuestro reflejo. Somos el reflejo
de la sociedad que percibimos. No podemos cambiar el reflejo, lo único que
podemos hacer es cambiar el espejo que refleja lo que somos, pues como en
algunas religiones lo que hay en el altar es un espejo, nosotros somos el
espejo que refleja su propio ser.
No hay comentarios:
Publicar un comentario