Cuánto
habremos: escrito, dialogado, esforzado, pensado y frustrado en la búsqueda del
principio de la Vida.
Los
científicos cada día pueden usar nuevas teorías, nuevos métodos, técnicas y
aparatos, en la búsqueda. Su meta en nuestros días está en el conocimiento del “Bosom de Higgs”. Encontrar si hay
más de uno, entendiendo su funcionamiento y función, en la interacción con
otras partículas. Es, podríamos decir por su nombre, la partícula que alimenta
y nutre física y espiritualmente a las demás, siendo así su origen.
Mirando
desde mi desconocimiento científico, desde mi falta de estudios de estos temas.
Mi opinión sigue siendo la misma, no hay ninguna opción de que lo encuentren.
No solamente están mirando en el sitio equivocado, pienso que también de la
forma equivocada.
No pienso
que lo que hacen sea inútil, pero pienso no equivocarme, si predigo con anterioridad
y sin esperanza de ver si me equivocaba: “El resultado como error”. Lo que están realmente encontrando es el funcionamiento
de la vida en un universo en cuanto manifestación. Solamente están buscando la
evolución de la Vida, en una circunferencia determinada, partiendo de un solo
punto y girando en una sola dirección.
El otro
día en el artículo de: “Zen-La
Vida de la Circunferencia”, decía: “Es solamente una explicación simple, del dedo de mi Maestro trazando
una circunferencia en el aire, mientras decía: “Inochi””.
La
siguiente propagación de la Vida como circunferencia, es la de la esfera “Infinitodimensional”, que probablemente sea, la que al menos hasta donde yo
pienso, la más cercana a lo que el Buda explicaba de Sí mismo o de la Vida.
La esfera
original es la más pequeña, la existente en el propio centro de cada otra
esfera o figura, todos sabemos, que el centro de cualquier figura no tiene
dimensiones, lo que lo convertiría en Nada.
Cuando la
vida que ha llegado a un nuevo punto es realizada, vuelve a partir en todas las
infinitas direcciones, no continuando como una línea, de una o dos direcciones.
Obviamente
si lo más pequeño no tiene medida, no habría espacios o huecos en este Espacio
lleno de esferas de Vida, por lo que lo podríamos considerar como Vacío, que es
el nombre dado en budismo al origen, que sería lo que realmente dicen buscar
los científicos. Pero para que el Vacío sea de Vida, como digo en varios
artículos, no se considera vacío por la ausencia de algo, sino por su
aceptación y capacidad de entrega a lo que aparece, o pueda ocuparlo. La única
condición es que aun creyendo que se es algo, siempre su Verdadera Naturaleza
será: Nada, Vacío.
La
manifestación de la Vida se origina por Universos, en los cuales
independientemente de su tamaño, son formados por un número infinito de
universos.
Si miramos
desde uno de nuestros átomos, hasta nuestra galaxia o el Universo entero, todos
contienen en sí mismos otros universos, hasta llegar a la Nada, al Vacío.
Si
pensamos en la evolución de nuestras células, que ya son Universos completos y
formados por un número infinito de otros universos, vemos que partiendo de dos
células (Dualidad), forman una, que vuelve a dividirse con la información
completa en dos, y que cada una sigue dividiéndose en dos, pero no
indefinidamente, sino hasta que llenan el Vacío de un Universo con su forma, el
cual una vez nacido, continúa expandiéndose, hasta que pasa a formar parte de
otro Universo mayor.
¿Cómo
podemos apreciar?: a
la Vida, a la Tierra, a los demás, a nosotros mismos si lo único que hacemos es
menospreciar a todos los universos que nos forman, al Universo que somos, al
Universo de Vida que somos, simplemente porque somos Vida Universal.
Buda dice
que debido al uso que damos a nuestra mente y nosotros mismos, somos realmente
nuestros enemigos. Lo que realmente nos dificulta la vida es: “Que hemos llenado de nosotros,
el Vacío que deberíamos ser”.
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