Estamos tan
acostumbrados a gritar o brindar: “Salud”, bebiendo normalmente algo que no sea
agua, o ante una opípara comida, que no tiene por qué ser saludable, aunque sí
buena comida en cuanto preparación y calidad, que a veces olvidamos que la
salud es como la creamos, no como la queremos.
En mis
tiempos de reflexoterapeuta, algo que no he dejado de ser a pesar de la
jubilación, recuerdo que las personas que venían se sorprendían bastante, cuando
me preguntaban que: “Para qué es buena la reflexología o que si les quitaría sus
problemas”.
Una contestación
frecuente era que: “Había sido muy buena durante años, para pagar las facturas
y lo que había necesitado para vivir, y que mi honradez no me permitía quitarle
nada a nadie, que lo mejor que podía hacer era a no crearlos, siendo ésta la
mejor manera de tener buena salud”.
A pesar de
todo, tuvieron la gentileza algunos de ellos de subvencionarme con sus visitas
durante años, para satisfacción, de las personas que me proporcionaban lo que
necesitaba consumir.
Nunca he
tratado de curar a nadie, o a veces he cometido esa equivocación con personas
cercanas, en las que mi razonamiento no era demasiado claro.
Pero sin
saber realmente el por qué, sí que muchas personas dejaron de crearse problemas
que las molestaban, algunas trataron de darme el mérito, algo que solamente me
ayudó a que viniesen otras personas. No me he publicitado nunca que yo
recuerde, si bien algunos centros donde trabajé lo hicieron mínimamente.
A pesar de
todo, pude llegar hasta aquí en este ahora, gracias a sus visitas, cuando quien
debería agradecer algo soy yo, por cuanto me ayudaron a aprender compartiendo
sus problemas conmigo, viendo lugares y situaciones de la vida, que
probablemente nunca habría visitado.
No hay médico
que cree la salud de nadie, simplemente hay ocasiones, que no pudiendo ir a un
lugar deseado, necesitamos un palanquín, un caballo, un coche o alguien que nos
ayude por las circunstancias del momento. Pero lo que nadie nos puede ayudar es
a estar en el lugar donde estamos: Aquí y Ahora, que es lo que somos, lo que
estamos siendo.
Nuestra salud
es lo que somos, el universo que hemos hecho, que hemos creado, con el Universo
que somos.
Cuando alguien
ha pretendido que lo cure, la mejor manera de hacerlo ha sido: “Reconozca que
es una persona enferma, y ya está usted sanada”.
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