Publicado anteriormente el 8-12-14.
Hace algún
tiempo comentando en una página, el amigo J. Antonio hacía dos comentarios que
me parecieron interesantes, en ese momento me pareció que era demasiado largo
de comentar y lo que hice fue copiar los comentarios y los guardé. Ayer los vi
de nuevo y hoy quisiera contestar con mi opinión a estos comentarios, que me
parecieron tan interesantes.
“J. Antonio: Estoy de acuerdo en esa visión
en la que todo es una sola vida que sucede en el ahora infinito como dices
amigo.
Pero este lugar y momento que ocupamos con
todas nuestras limitaciones, debe de tener algún valor y sentido en ese todo,
para que ese todo lo haya creado así. Por algún motivo ese todo ha creado en
nosotros ese otro mundo de la dualidad. Quizás, esa dualidad en la que vivimos
es lo que permite a ese todo contemplarse.
2º Yo
veo ese infinito como un mundo donde todo es posible. Es como un río que ocupa
con su agua todos los rincones y oquedades. No se trata de que tenga pensado
crear la dualidad o cualquier otra manifestación de la conciencia, sino que en
su infinitez no puede evitarlo. Esa conciencia total del todo se filtra hasta
el ultimo rincón de cada individualidad que la compone, porque lo total y lo
más mínimo de ella son lo mismo. Para mí, pensar que nuestra misión es dejar
atrás esta dualidad y volver a ser uno, es cierta. Pero no solo por nuestro
propio bien o bienestar. En la historia de este hombre dice que comprendió el
significado y sintió esa unión y conexión con ese dios en lo que parece que su
conciencia salió ganando con ese encuentro.
¿No suena un poco al ego del que hablamos
de nuevo, aunque soterrado?
¿No será realmente esa totalidad la que
sale ganando al recibir toda esa información de dualidad, tanto de dolor, amor,
felicidad etc, etc?
Lo vemos siempre todo desde nuestro
limitado punto de vista, desde nuestros ojos pequeños, desde ese ego que somos.
Nunca pensamos las necesidades que, quizás pueda tener, esa totalidad o ese
Dios.
El buscar el sentido de la vida o de ser
seres conscientes quizás sea buscado por esa totalidad tanto más o igual que
nosotros. Quizás todas las consciencias estén en ese camino, incluso la del
infinito.”
Es
precisamente la simpleza de los conceptos básicos, la que origina que el número
de respuestas sea tan amplio. Explicar la dualidad desde el Yin y el Yang, o lo
que es Absoluto, desde nuestra percepción de lo que llamamos absoluto, se hace
difícil. Es por ello, que el tercer concepto que hay que unir con los otros dos
es el de Vacío o Nada.
Cuando
algo es Todo, y no es solamente una cuestión de ser Dios, si no nos duele
nada,
no nos rozamos con nada; nuestro cuerpo no percibe donde están sus partes, no
han dejado de existir, no han desaparecido, siguen haciendo sus funciones
perfectamente, aportando y creando lo que el cuerpo es, pero ni las partes ni
el cuerpo perciben la separación de las individualidades, ni el estar unidas en
un todo.
Para ser
Todo, el cuerpo no puede percibir las partes, su consciencia es la que permite
Ser, pero no percibir. El río como río, no percibe las oquedades, ni tan
siquiera las plantas, la tierra o los peces, él Es río. Es esa Consciencia de
Ser, la que impide que perciba, lo que no es, la que anula la posibilidad de
ser dual.
Cuando
Hamlet dice “Ser o no ser”, está definiendo
lo que nos une y lo que nos separa de: Dios, del Todo, de la Vida, o de donde
vive todo lo que es y lo que no es, la dualidad y Dios: el Vacío, la Nada,
porque es donde todo es acogido indiscriminadamente, sin tan siquiera ser
percibido, porque ese Vacío es Consciencia Pura.
Es
precisamente el cómo nació la dualidad, el Gran Misterio para mí, pero es algo
que no puede existir en Dios, porque Siendo, solamente puedes ser Todo. Nuestra
duda de Ser, el querer saber, el comparar, el percibir, crea la dualidad, y al
mismo tiempo crea el Todo, pero este se mantiene, inmaculado de dualidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario