Sabéis que
he tenido un juicio, en el cuál he tratado de defender no lo que los vecinos me
han robado, principalmente es la dignidad de mi hogar, la tierra donde vivo.
Alguien,
aprovechando la nocturnidad, que no hay nadie, que hay un muro y un patio de
luces exterior sin puerta, tapia las ventanas y una persona que ha comprado y
viene de fuera del pueblo, no sabiendo que lo que encuentra es: los edificios
ayudados a caerse, ante el robo de tejas, vigas, postes, o lo que quedaba en la
casa, que deja los edificios a merced de la intemperie.
Las
ventanas que recibían luz y el aire de ese patio, tapiadas con piedra para
quitar señales de su existencia.
Y pido,
que se le haga justicia a la tierra donde trato de crear un hogar, esa justicia
que todos pedimos, que pocos encontramos, que todos lloramos su ausencia.
¿Dónde
está la Dignidad de la Justicia?, dice el viento que recorre todas las tierras,
todos los hogares, todos los sueños.
La
Justicia no puede contestar, pues no sabe: qué es Justicia, y la indignidad no
tiene donde adherirse a Ella.
Solamente
tiene cabida, en un vecino que envidia o desea poseer lo que no es suyo, en las
personas que lo han estado contemplando impasibles, al no haber oído la
palabra.
Cuando
pides la dignidad de una tierra muda, que ve como le quitan su ser, le cambian
su forma y es expoliada de sus derechos, y no te permiten hablar para
defenderla, pues solamente un abogado en mi caso de Oficio puede hablar. Los
ladrones, no pueden dejar que quien sabe la verdad hable.
Unos testigos
ignorantes, o que, desconociendo la palabra, dicen lo que no saben o cometen
perjurio sabiéndolo.
Pides un
Perito Judicial que realice un Informe Pericial e imparcial, pues lo que se
está buscando es la verdad. Se supone que es un trabajo profesional, pero
resulta en un trabajo de indignidad, que se llega a una representación de
ignorancia profesional o un conocimiento del uso de la indignidad profesional,
que puede permitirte cometer perjurio o convertirte en abogado defensor, de quien
lleva generaciones invadiendo la propiedad pública.
Algo, que
te lleva a tener que buscar la Dignidad, en el Colegio de Aparejadores y
Arquitectos Técnicos de Palencia, informando de su alumno. A preguntar al Poder
Judicial.
Pero no
está la inmundicia en la Justicia, ningún Juez puede hacer Justicia, si no hay
dignidad en la Sala.
No hay
Indignidad en la Justicia, pues no hay forma de que pueda tan siquiera ser
rozada por ella.
Es la
ausencia de dignidad en nosotros, lo que permite tantas familias destrozadas,
tanta inmundicia en nuestras vidas, tanta infelicidad, tanta guerra y hambre no
solamente de Justicia.
Solamente
la dignidad, habría evitado el Juicio, cuando comienza, no puede ser encontrada
en él.
No se
encuentra la Dignidad, tenemos que vivir en Ella, con Ella, en su amor.
La pérdida
de la dignidad de un pedazo de tierra, no se realiza, al no saber que es un
trozo separado de algo. Pero hemos sembrado nuestra indignidad en él, lo que
hará que crezca la Indignidad en la Tierra.
🌹🌹👏🏻
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