No pretendo molestaros

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Yui Shin

jueves, 5 de octubre de 2017

LA INDIGNIDAD DE LA JUSTICIA

          Sabéis que he tenido un juicio, en el cuál he tratado de defender no lo que los vecinos me han robado, principalmente es la dignidad de mi hogar, la tierra donde vivo.
          Alguien, aprovechando la nocturnidad, que no hay nadie, que hay un muro y un patio de luces exterior sin puerta, tapia las ventanas y una persona que ha comprado y viene de fuera del pueblo, no sabiendo que lo que encuentra es: los edificios ayudados a caerse, ante el robo de tejas, vigas, postes, o lo que quedaba en la casa, que deja los edificios a merced de la intemperie.
          Las ventanas que recibían luz y el aire de ese patio, tapiadas con piedra para quitar señales de su existencia.
          Y pido, que se le haga justicia a la tierra donde trato de crear un hogar, esa justicia que todos pedimos, que pocos encontramos, que todos lloramos su ausencia.
          ¿Dónde está la Dignidad de la Justicia?, dice el viento que recorre todas las tierras, todos los hogares, todos los sueños.
          La Justicia no puede contestar, pues no sabe: qué es Justicia, y la indignidad no tiene donde adherirse a Ella.
          Solamente tiene cabida, en un vecino que envidia o desea poseer lo que no es suyo, en las personas que lo han estado contemplando impasibles, al no haber oído la palabra.
          Cuando pides la dignidad de una tierra muda, que ve como le quitan su ser, le cambian su forma y es expoliada de sus derechos, y no te permiten hablar para defenderla, pues solamente un abogado en mi caso de Oficio puede hablar. Los ladrones, no pueden dejar que quien sabe la verdad hable.
          Unos testigos ignorantes, o que, desconociendo la palabra, dicen lo que no saben o cometen perjurio sabiéndolo.
          Pides un Perito Judicial que realice un Informe Pericial e imparcial, pues lo que se está buscando es la verdad. Se supone que es un trabajo profesional, pero resulta en un trabajo de indignidad, que se llega a una representación de ignorancia profesional o un conocimiento del uso de la indignidad profesional, que puede permitirte cometer perjurio o convertirte en abogado defensor, de quien lleva generaciones invadiendo la propiedad pública.
          Algo, que te lleva a tener que buscar la Dignidad, en el Colegio de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de Palencia, informando de su alumno. A preguntar al Poder Judicial.
          Pero no está la inmundicia en la Justicia, ningún Juez puede hacer Justicia, si no hay dignidad en la Sala.
          No hay Indignidad en la Justicia, pues no hay forma de que pueda tan siquiera ser rozada por ella.
          Es la ausencia de dignidad en nosotros, lo que permite tantas familias destrozadas, tanta inmundicia en nuestras vidas, tanta infelicidad, tanta guerra y hambre no solamente de Justicia.
          Solamente la dignidad, habría evitado el Juicio, cuando comienza, no puede ser encontrada en él.
          No se encuentra la Dignidad, tenemos que vivir en Ella, con Ella, en su amor.
          La pérdida de la dignidad de un pedazo de tierra, no se realiza, al no saber que es un trozo separado de algo. Pero hemos sembrado nuestra indignidad en él, lo que hará que crezca la Indignidad en la Tierra.


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