Son unos párrafos del capítulo segundo del Lankavatara Sutra. Lo estoy leyendo
y al menos en la traducción que leo, está explicado con la simpleza que es
posible, dentro de algo que depende de nuestra comprensión. Esta traducción es
la que estoy leyendo de las que he bajado de Internet, porque me ha gustado.
Es
la traducción de: Traducción Original al inglés por D.T. Suzuki. Recopilado,
Editado, y Traducido al español por: Rev. Yin Zhi Shakya, OHY (Hortensia De la
Torre). Corrector: Lorenzo Orcajo Blanco y publicada por Acharia.
Sin embargo, maya, no es
una irrealidad porque sólo tenga la apariencia de realidad; todas las cosas tienen
la naturaleza de maya. No es porque todas las cosas son imaginadas y nos
agarramos a ellas por la multiplicidad de signos individuales que son como
maya; es porque éstos son igualmente irreales tan pronto aparecen y
desaparecen. Al apegarnos a los pensamientos erróneos nos confundimos y nos
contradecimos a nosotros mismos y a los otros. A medida que no profundizamos
claramente en el hecho de que el mundo no es más que la mente misma, imaginamos
y nos agarramos a la causa-efecto, al trabajo, al nacimiento y a los signos
individuales, y nuestros pensamientos se caracterizan por el error y las falsas
imaginaciones. La enseñanza dice que todas las cosas están caracterizadas por
la naturaleza propia de maya y que un sueño es un medio para hacer que el ignorante
y el de mente simple ignoren la idea de la propia naturaleza en todas las
cosas.
La falsa imaginación enseña
que tales cosas como la luz y la sombra, lo largo y lo corto, lo blanco y lo
negro son diferentes y deben ser discriminadas; pero ellas no son
independientes las unas de las otras; son solamente diferentes aspectos de la
misma cosa, son términos de relación y no de realidad. Las condiciones de la
existencia no son de carácter mutuamente exclusivo; en esencia las cosas no son
dos sino una. Incluso el Nirvana y el mundo del Sámsara de la vida y la muerte
son aspectos de la misma cosa, porque no hay Nirvana excepto donde está el
Sámsara, ni Sámsara excepto donde está el Nirvana. Todo lo dualístico es
imaginado falsamente.
Mahamati, tú y todos los Bodhisattvas
deberían disciplinarse a ustedes mismos en la comprensión y aceptación paciente
de las verdades del vacío, el no-nacimiento, la no-naturaleza propia, y la
no-dualidad de todas las cosas. Esta enseñanza es encontrada en todos los
Sutras de todos los Budas y es presentada para que sea conveniente a
las variadas disposiciones del ser, pero no es la Verdad
misma. Estas enseñanzas son solamente un dedo señalando hacia la Sabiduría
Noble. Ellas son como un espejismo con sus manantiales de agua que el ciervo
toma por reales y persigue. Por lo tanto, las enseñanzas en todos los sutras
tienen como propósito la consideración y guía de las mentes discriminatorias de
todas las personas, pero no son la Verdad en sí, la cual solamente puede ser
comprendida por uno mismo en la consciencia profunda de uno.
Cuando Shakyamuni nos habla del Vacío, de Maya, del sufrimiento, de lo real y
de lo no-real, de la dualidad y de la no-dualidad. Simplemente nos está
llevando o al menos lo intenta, hacia la experiencia personal, a no depender de
las opiniones o de lo que nos han enseñado, a no dar por cierto las
interpretaciones de lo que otros perciben, incluso que no debemos caer en las
percepciones que nuestros propios sentidos nos transmiten, porque ellas también
están limitadas y dependen de cómo hemos educado y canalizado sus percepciones.
Dirigiendo nuestra percepción
hacia la Sabiduría Noble, Maya en sí misma, pero Camino para salir de la
dualidad, tanto como de la no-dualidad, de ser y de no-ser, de cualquier cosa
que podamos percibir por medio de mente o sentidos, de la palabra, su
naturaleza, o aspectos que lo diferencia de los demás o que permite creer que
sabemos lo que son por lo que percibimos.
La Dualidad no puede existir o manifestarse, si no es en la Unidad, es la
diferenciación de dos aspectos de una misma individualidad, lo que nos permite
percibir una parte desde la otra, diferenciándolas. Olvidando que no son
separables, que independientemente de lo que percibamos, no pueden dejar de ser
lo que son: “Una Individualidad”.
Todas las cosas percibidas son tomadas como realidad, las que otros nos dicen
que han visto, que han percibido de alguna manera, son denominadas como
realidad. Diciendo que hay una irrealidad de las cosas que no son perceptibles,
por nosotros mismos, los demás o la ciencia. Pero son de la misma naturaleza
que las reales, porque son percepciones de nuestra mente, que solamente percibe
dentro de sus limitaciones. Tanto las pertenecientes a la realidad como las no-reales.
La única realidad de las cosas está en lo que Son, en esa Seidad, incluye un
Todo, porque la dualidad es la unión de dos mitades, la manifestación de dos
polaridades inseparables. Por ello lo que percibimos, solamente será la
Realidad cuando estemos integrados en ello. Cuando no exista la mínima
separación entre lo percibido y el perceptor. Esto hace imposible que podamos
percibir la Realidad.
Percibir la
Realidad es la entrada de la Sabiduría Noble, pero hay que trascender la
Sabiduría, no solamente la Noble, sino el propio concepto de Sabiduría, hay que
trascender la propia Realidad, para Ser: Siendo la Realidad, pero sin la mínima
traza de Realidad.
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