Leía ayer
en un blog, acerca de la negación de la existencia de Dios, su menosprecio, su
muerte, su indignidad.
Hay
personas, que buscan también en una religión o filosofía que no tiene Dios,
como dicen que es el budismo, al percibir que Buda no tiene ninguna de las
prerrogativas necesarias para ser Dios. Dentro del budismo, una de las enseñanzas
llamada atea por algunos, es la elegida: el Zen.
Si yo
preguntase, por alguien que vive en la cuenca mediterránea, que se baña en sus
aguas, que nunca ha vivido en otro lugar, ni tan siquiera en vacaciones, que su
dedicación a lo largo de su existencia la ha dedicado a encontrar y conocer el
Mar Mediterráneo, y que ha llegado a tener casi la certeza de que no existe, ni
ha existido nunca el Mar Mediterráneo. Alguno se sorprendería, pero sí que
conozco alguien así, alguien real y verdadero llamado: Mar Mediterráneo.
Hay quien
llega al Zen, buscándose a sí mismo, buscando a Buda, la inexistencia de Dios o
al Ser. Medita, se esfuerza, se dedica a ello, se entrega al Zen, pero pasan
los años y no encuentra nada de lo que busca.
Probablemente,
hay una mayoría que sí que sabe que ha encontrado lo que buscaba, ha conseguido
encontrarse, ha llegado a Buda, sabe que él es Dios o Buda. Desafortunadamente
lo que no ha llegado a ver es el Zen.
Cuando el
Maestro, le dice al discípulo que ha visto a Buda: “Mátalo, si lo vuelves a
ver”, no tiene duda de que lo ha visto realmente, pero que no puede ser Buda,
si alguien lo ha podido ver. Siendo Buda Todo, no hay algo que podamos percibir
que no lo sea, pero si hay algo que percibe o que es percibido, obviamente hay
una separación de una parte en ese Todo, contemplando la otra.
El Zen no
puede tener Dios, no puede percibir a Dios, no puede buscarle o encontrarle,
tiene el mismo conflicto que el Mar Mediterráneo, que si lo encuentra es porque
ha dejado de serlo. Pero lo que no puede hacer es vilipendiarlo.
La
Sabiduría niega a Dios, pero lo hace también la ignorancia.
La
diferencia entre ambas negaciones es simple:
La
Sabiduría niega una existencia, de que pueda haber algo que lo contemple por no
serlo.
La
Ignorancia, niega la existencia de sí misma, al no poder haber inexistencia de algo.
Zen: es meditar,
es Meditación, es actividad e inactividad, es Religión, pero no puede serlo, es
la Enseñanza de Buda si este pudiese enseñarnos, si existiese un Buda que enseñase.
El Tao, no es un camino que sea transitable, no comienza ni termina en algún punto
o momento, no es conocido por nadie, ni tan siquiera por el Tao.
No hay Zen,
que podamos ser. No hay Tao que podamos encontrar.
En ellos no
podemos encontrar la existencia de Dios, de Buda o el Tao, pero si tratamos de encontrar
su inexistencia, no podremos encontrar ni tan siquiera la puerta por donde tratar
de verlos.
El Zen, no
tiene Buda, ni Dios, pero menos aún puede alguien existir, vivir o penetrar en Él.
La mejor manera
de no mojarse, de no sentirnos húmedos, no es buscando el calor, lo seco, lo confortable.
No hay nadie que viva mas seca, sin humedad y confortable que el agua, en esas circunstancias.
El Zen no puede
buscar o encontrar a Dios, pero solamente si lo eres, puedes ser admitido en Zen.
Nadie puede existir en Zen sin serlo, por eso solamente es admitido el Vacío, que
acepta Ser lo que contiene.
El Zen es Vacío
de Dios, por ser lo único que contiene: Todo.
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