No pretendo molestaros

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Yui Shin

sábado, 27 de enero de 2018

EL DIOS ZEN


          Leía ayer en un blog, acerca de la negación de la existencia de Dios, su menosprecio, su muerte, su indignidad.
          Hay personas, que buscan también en una religión o filosofía que no tiene Dios, como dicen que es el budismo, al percibir que Buda no tiene ninguna de las prerrogativas necesarias para ser Dios. Dentro del budismo, una de las enseñanzas llamada atea por algunos, es la elegida: el Zen.
          Si yo preguntase, por alguien que vive en la cuenca mediterránea, que se baña en sus aguas, que nunca ha vivido en otro lugar, ni tan siquiera en vacaciones, que su dedicación a lo largo de su existencia la ha dedicado a encontrar y conocer el Mar Mediterráneo, y que ha llegado a tener casi la certeza de que no existe, ni ha existido nunca el Mar Mediterráneo. Alguno se sorprendería, pero sí que conozco alguien así, alguien real y verdadero llamado: Mar Mediterráneo.
          Hay quien llega al Zen, buscándose a sí mismo, buscando a Buda, la inexistencia de Dios o al Ser. Medita, se esfuerza, se dedica a ello, se entrega al Zen, pero pasan los años y no encuentra nada de lo que busca.
          Probablemente, hay una mayoría que sí que sabe que ha encontrado lo que buscaba, ha conseguido encontrarse, ha llegado a Buda, sabe que él es Dios o Buda. Desafortunadamente lo que no ha llegado a ver es el Zen.
          Cuando el Maestro, le dice al discípulo que ha visto a Buda: “Mátalo, si lo vuelves a ver”, no tiene duda de que lo ha visto realmente, pero que no puede ser Buda, si alguien lo ha podido ver. Siendo Buda Todo, no hay algo que podamos percibir que no lo sea, pero si hay algo que percibe o que es percibido, obviamente hay una separación de una parte en ese Todo, contemplando la otra.
          El Zen no puede tener Dios, no puede percibir a Dios, no puede buscarle o encontrarle, tiene el mismo conflicto que el Mar Mediterráneo, que si lo encuentra es porque ha dejado de serlo. Pero lo que no puede hacer es vilipendiarlo.
          La Sabiduría niega a Dios, pero lo hace también la ignorancia.
          La diferencia entre ambas negaciones es simple:
          La Sabiduría niega una existencia, de que pueda haber algo que lo contemple por no serlo.
          La Ignorancia, niega la existencia de sí misma, al no poder haber inexistencia de algo.
          Zen: es meditar, es Meditación, es actividad e inactividad, es Religión, pero no puede serlo, es la Enseñanza de Buda si este pudiese enseñarnos, si existiese un Buda que enseñase. El Tao, no es un camino que sea transitable, no comienza ni termina en algún punto o momento, no es conocido por nadie, ni tan siquiera por el Tao.
          No hay Zen, que podamos ser. No hay Tao que podamos encontrar.
          En ellos no podemos encontrar la existencia de Dios, de Buda o el Tao, pero si tratamos de encontrar su inexistencia, no podremos encontrar ni tan siquiera la puerta por donde tratar de verlos.
          El Zen, no tiene Buda, ni Dios, pero menos aún puede alguien existir, vivir o penetrar en Él.
          La mejor manera de no mojarse, de no sentirnos húmedos, no es buscando el calor, lo seco, lo confortable. No hay nadie que viva mas seca, sin humedad y confortable que el agua, en esas circunstancias.
          El Zen no puede buscar o encontrar a Dios, pero solamente si lo eres, puedes ser admitido en Zen. Nadie puede existir en Zen sin serlo, por eso solamente es admitido el Vacío, que acepta Ser lo que contiene.
          El Zen es Vacío de Dios, por ser lo único que contiene: Todo.



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