A veces, leyendo y simplificando las frases
que leo acerca del amor, me pregunto si traduciendo del inglés, ese: “Hacer el amor”, no hemos
simplificado demasiado su significado.
El amor no es tumbarnos encima de alguien,
o permitir o pedir que alguien se tumbe encima de nosotros, y movamos o muevan el
culo.
El amor no es que nos respeten o hagan cosas
por nosotros cuando nos viene bien, nos acompañen cuando estamos solos o se sacrifiquen
para que nosotros tengamos lo que deseamos.
Verdaderamente me sorprende tanta simplificación
y aún más, que sea el amor con el que vivimos.
Si alguien no quiere tumbarse encima o debajo
para mover el culo, lo maltratamos, nos reímos, burlamos o ridiculizamos.
Si alguien no hace lo que deseamos, tenemos
la misma reacción.
Si queremos mover el culo, porque el amor es
lo importante, podemos forzar a niños, personas débiles o abusar de nuestra posición
que no tiene por qué ser social.
Cada persona utiliza su poder o poderes, para
obligar a las demás a dar amor cuando a ella le apetece.
Sintiéndose violentada cuando a la que le apetece
es a la otra, pero las dos son violentas.
Amor solamente hay cuando todos están de acuerdo,
aunque sea en un sucedáneo tan pobre como este, el acuerdo de todos es el que al
menos le da algo de dignidad.
El que haya que darle dignidad, es lo que nos
asegura que no es Amor.
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