A veces
hay una mitad que mira desde un sitio, que hace el comentario coherente con el
punto y forma de cómo es mirado.
Pero si
comentamos y cambiamos el punto de visión, el comentario puede perder su
coherencia, no por el comentario, que puede ser correcto, pero no cuando
estamos mirando desde un punto, cuya visión tiene que ser diferente.
El
comentario es de Manu en el escrito acerca de la argumentación, un tema simple,
pero que cambia según las circunstancias y el lugar desde donde es observada.
La
argumentación desde el Amor, como dice en una de las frases, impide que el
miedo entre en ella. Lo difícil es evolucionar desde el Amor, cuando no hay yo
u otros.
Siendo que
el Amor, toma y contiene todas las formas, no puede ser percibido como
dualidad, no pudiendo ser percibido el Amor, o las infinitas formas que existen
siendo Amor.
Por otro
lado, lo que ha obligado a evolucionar al Universo, ha sido el miedo a desaparecer,
a morir, a no vivir, algo que nos ha protegido y creado nuestro sistema
defensivo o defensas, a nivel celular y al mental.
Para
evolucionar se necesita un yo y un demás, un aquí en el espacio y un ahora en
el tiempo. Evolucionar es comparar, que necesita un sujeto y un objeto con el
que es comparado, o un tiempo o espacio, comparado con otro tiempo o espacio.
Es desde
ese punto, cuando la argumentación, la contradicción, son necesarias para
progresar, para evolucionar, pues el conocimiento de la Vida que somos, es la
suma de todos los conocimientos, en el tiempo Eterno, en el espacio Infinito.
No podemos llegar a la Sabiduría si no somos capaces de olvidar todo el
conocimiento, para usar el de cuanto nos rodea.
No podemos
evolucionar, viviendo de prestado, viviendo la vida de otro o permitiendo que
otro sea quien viva nuestra vida. Porque hemos perdido dos de las partes
importantes: “El yo y el respeto del amor por nosotros mismos”.
Es esa
falta de amor, la que abre las puertas al miedo paralizante, al miedo que nos
niega, no ese miedo que nos protege para obligarnos a evolucionar, que protege al yo que tiene que evolucionar.
Somos Vida,
pero curiosamente, podemos serlo cuando no hay yo siendo.
Como Vida,
cuando no hay yo y por tanto percepción de demás, somos el Alimento del Universo.
Somos Alimentados por el Universo. Sin poder comer o ser comidos. Infinita Sabiduría,
de no poder saber nada, sino siendo el Contenido de Ser Vacío. No hay Sabiduría
que no quepa en el Vacío de la Ignorancia, no por ser ignorancia, sino por Ser Vacío.
Nuestro conocimiento
depende de nuestra relación con los demás, de la capacidad de asimilar y transformar
en nosotros lo que dicen o hacen los demás.
Los demás es
cuanto existe rodeando el que aceptamos y reconocemos como yo. Identificados con
el cuerpo, percibimos la mente como algo externo, si no nos asusta podemos aprender
de ella, al no poder aprender del cuerpo, que es el yo que aprende.
Pero es necesaria
la percepción de separación o unidad para aprender, porque se une lo separado. Luego
cuando percibimos la unión es por estar separados.
Este es el
comentario recibido, conclusión de lo expuesto anteriormente, más que su origen.
No veo evolución sin
contradicción.
No veo evolución si seguimos tirando de prestado.
No veo evolución si el miedo no toma su forma de amor.
Y por desgracia, es más fácil seguir asustados y que nos elijan qué comer, cuando somos un libro o bufete infinito de sabiduría.
Aprender de los demás o de los libros, es separación.
No veo evolución si seguimos tirando de prestado.
No veo evolución si el miedo no toma su forma de amor.
Y por desgracia, es más fácil seguir asustados y que nos elijan qué comer, cuando somos un libro o bufete infinito de sabiduría.
Aprender de los demás o de los libros, es separación.
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