En las enseñanzas de Shakyamuni, lo
primero que enseña de lo que ha encontrado son las 4 Nobles Verdades, que dicen
que vivir entraña sufrimiento, pero, que “Así como hay un camino
para llegar a él, el mismo camino nos lleva a la salida a la extinción del
Sufrimiento”. Alguien que tenía cuanto es
deseable, elige el camino del sufrimiento, encontrando la Felicidad en él.
Este Camino
de salida, es el Óctuple, que nos enseña por medio de la Moral, la Meditación y
la Sabiduría, encontrar la Felicidad en la Naturaleza de Buda.
Cualquier camino
tiene dos direcciones, una en la que te acercas donde deseas ir y la otra que
te aleja. El Camino Óctuple, tiene una dirección que te acerca a la Felicidad y
otra que te aleja, en eso no puede ser diferente a ningún otro camino.
La dirección
de acercamiento al sufrimiento es la del deseo. Caminar para encontrar lo que
no tenemos, muriendo el movimiento cuando lo encontramos, pues no tenemos lugar
donde ir si no generamos un nuevo deseo.
Desear algo,
hace imposible que podamos encontrarlo, poseerlo, por lo que nos lleva a una situación
sin salida, impidiéndonos encontrar la Felicidad. Si lo encontramos habrá
muerto el deseo, dejándonos la alegría de haberlo conseguido, la desesperanza
de no tener motivo para vivir al haber destruido el deseo en nosotros.
Si tratamos
de alejarnos del sufrimiento, la angustia por conseguirlo nos impedirá ser
felices. Si en algún momento, sentimos la alegría de habernos alejado del
sufrimiento, el miedo a que vuelva nos llevará a caer en él.
Es en el
Camino, en el Tao, donde encontramos la explicación de este Camino Óctuple, que
nos explican con las diferentes disciplinas que debemos de practicar para
alcanzar la Felicidad. Para la Sabiduría, con la práctica de sus aspectos, al
igual que la Moral y la forma de practicar la Meditación.
Si lo
hacemos correctamente nos acercaremos a la Felicidad, si no, nos alejaremos de
ella. Es un sinvivir, pues solamente el resultado final nos dirá si nuestra
práctica ha sido correcta o no.
Tanto el Budismo,
en su Aquí y Ahora, o el No-hacer, como el Taoísmo, que siendo las mismas
prácticas, las explicaciones son diferentes, nos hablan del: “No ir o venir”, permaneciendo en el mismo lugar haciendo nada, que
conseguirá que todo esté terminado y llegar a todas partes.
En el
Camino Óctuple, es “Lo Correcto”, donde está una de
las claves. Ser Uno con el Tao, es la otra. Ausente el deseo, sin un yo que
desee algo, no habrá movimiento, ni práctica, ni alguien que pueda hacer o
meditar tratando de conseguir algo.
Ausente incluso
el deseo de no desear, no hay nada de lo que alejarse. Es en ese momento cuando
al no haber quién camine, hemos encontrado el Camino Óctuple que no tiene dónde
ir, ni de dónde venir, que es la entrada de la Naturaleza de Buda, el Loto
donde germina la Eterna Felicidad.
Una Felicidad
llena de Sufrimiento, pues no puede existir solamente una mitad de la
Naturaleza de Buda, donde no hay algo que pueda ser feliz o sufrir.
Es donde
nos lleva ese eterno desear, buscar y encontrar, no a la falta de deseo, de búsqueda
o que impida el encontrar el deseo, sino a la desaparición de quien los soporte
y les dé forma.
Porque nada
sufre al vivir, aparte de ese yo, que crea el dolor que sufre.
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