Cuando Bodhidharma
llega a China, es solamente un bárbaro que llega a la cuna del conocimiento,
que supuestamente tiene fama de santo, de enseñar lo que no podía ser enseñado,
de haber llegado a sentarse en el Loto de Shakyamuni, sin haber aprendido
ninguna de sus enseñanzas.
Cuando comienza
a hablar, los que le escuchan tratan de sustituir lo que habían comprendido, lo
que habían aprendido de los Maestros anteriores, con la nueva enseñanza. Encontrando
que las enseñanzas del Zen, eran una falsedad que contradecía cuanto había sido
enseñado anteriormente.
Bodhidarma: Sermón del despertar.
La esencia del
Camino es el desapego. Y la meta de aquellos que practican es liberarse de las
apariencias. Se dice en los sutras: «El desapego es Iluminación porque niega las apariencias». La budeidad significa consciencia de la realidad. Aquellos
mortales cuyas mentes tienen consciencia alcanzan el Camino del despertar y por
ello son llamados Buddhas. Se dice en los sutras: «Aquellos que se liberan a sí mismos de
toda apariencia son llamados Buddhas». La percepción de la
apariencia como no apariencia no puede apreciarse visualmente, sino que
únicamente puede conocerse mediante la sabiduría. Cualquiera que escuche y crea
esta enseñanza se embarcará en el Gran Vehículo y abandonará los tres reinos.
Los tres reinos son: codicia, ira e ignorancia. Abandonar los tres reinos significa regresar desde la codicia,
ira e ignorancia a la moralidad (el camino de la virtud natural sin
culpabilidad), Contemplación (con amor benevolente) y la sabiduría
(inteligencia natural encontrada en las enseñanzas). Codicia, aversión, y
confusión no tienen naturaleza propia (sus aparentes raíces, son las
Identidades), codicia, ira e ignorancia son ilusorias y cualquiera capaz de
reflexionar verá que la naturaleza de la codicia, ira e ignorancia es la
naturaleza búdica.
Más allá de codicia,
ira e ignorancia no hay otra naturaleza búdica. Se dice en los sutras: «Los budas sólo se han convertido en
budas mientras vivían con los tres venenos y alimentándose del Dharma puro». Los tres venenos son codicia, ira e ignorancia.
El Gran
Vehículo es el más grande de los vehículos. Es el transporte de los
bodhisattvas, que lo usan todo sin usarlo y que viajan todo el día sin viajar.
Así es el vehículo de los bodhisattvas. Se dice en los sutras: «El no vehículo es el vehículo de los
Buddhas».
Cualquiera que
comprenda que los seis sentidos no son reales, que los cinco
agregados son ficciones, que ninguno de ellos puede ser localizado en
parte alguna del cuerpo, comprende el lenguaje de los Buddhas. Se dice en los
sutras: «La
cueva de los cinco agregados es el vestíbulo del Chan. La
apertura del ojo de la mente es la puerta del Gran Vehículo». No puede ser más claro.
Cuando
Bodhidharma habla de la No-Mente, de que codicia, ira e ignorancia son la
Naturaleza de Buda sin que exista otra más allá, el usar sin usar de los
Bodhisattvas, o el vehículo que es un no-vehículo de los Budas, los asombrados
oyentes que han venido a escuchar la voz de Buda, desde lo más profundo del
propio Shakyamuni, creen que todo es una equivocación o que se burlan del
budismo.
No se
trata de que hay una Mente que es No-Mente, sino de que no hay un portador de
esa Mente, de que no hay ni el atisbo de un pensamiento saliendo de Ella, ni
algo que pueda percibir su actividad o inactividad, lo que es la No-Mente, sin
que haya algo que haya cambiado, sin que haya aparecido ni tan siquiera la Impermanencia
que es percibida por la mente en el tiempo y el espacio.
No se
trata de que Buda tenga Naturaleza o no, o que esta sea buena o mala, que esté
en la Sabiduría o en la Ignorancia o en ambas. Pero la Sabiduría no puede
percibir la existencia de Buda, ni tiene que crearlo, ni tiene necesidad de que
exista algo que conocer, la Sabiduría es la propia Seidad, no de ser algo sino el
mismo Ser, que solamente puede manifestarse como Nada o Vacío.
Son: la
Ignorancia que necesita ser llenada de Sabiduría, la codicia que necesita un yo
e infinitud de cosas que poseer y la ira, que necesita de la frustración de
saber que eres más de lo que puedes llegar a saber que eres, mucho más de lo
que piensas ser, las que necesitan a un Buda que les ofrezca la Paz, la
Felicidad y la Sabiduría de ser lo que se es.
Pero seguimos
mirando el dedo, viendo la belleza de la Luna, sin percibir el dedo o las
estrellas, necesitando de la oscuridad para ver su luz, ocultando el Sol para
ver la Luna. Olvidando que es el yo el que las ve, el que las crea para llenar
su soledad. La Ignorancia de no sabiendo ser lo que somos, tratar de llenar el
vacío con la ilusión de poder llegar a ser Buda, o poder Iluminarnos,
llenándonos de paz, amor, felicidad y Sabiduría.
Esa es la
Naturaleza de Buda, la Ignorancia de no saber ser lo que somos, que no necesita
de Budas, de vehículos para ir a ningún lugar, de hacer para ser o crear algo
diferente. En el Aquí y Ahora solamente cabe la Sabiduría que llena de Vacío la
Ignorancia, porque no es saber o conocer la Esencia de la Sabiduría sino Ser,
siendo la propia Seidad de Todo, no puede saber, conocer o percibir nada,
siendo la Ignorancia de no poder saber ni tan siquiera de la propia existencia
la Naturaleza en la que sólo la No-Mente, la Ignorancia y la Creación, son la
Mente, la Sabiduría y el Cuerpo de Buda.
“La apertura del ojo de la mente es la
puerta del Gran Vehículo”. Pero si hubiese
un ojo, si este se abriera, podríamos montar en el Gran Vehículo, pero no
sentarnos en el Loto.
La Iluminación,
es que no haya algo que pueda ser Iluminado, no es la apertura de un ojo, sino
el no saber de abrir o cerrar, de ojo o no-ojo.
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