No pretendo molestaros

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Yui Shin

sábado, 28 de julio de 2018

PALMEROS FLAMENCOS

          Transcurrieron varios años, antes de que supiese el por qué sonaba la campana: “Llamaba a “Dokusan”, a la entrevista con el Maestro donde hacerle las preguntas vitales que no podía contestar”.
          Viendo que no entendía nada de lo que le hablaba, que lo que me decía en japonés o en un inglés peor que el mío, me creaba más preguntas que explicación a mis dudas, le pidió a alguno de los monjes japoneses que me tradujesen cuando hablaba.
          Lo que más conocían en inglés eran los koans, supongo que por ello era en lo único que coincidían cuando le pedía la traducción a más de uno. Por lo que cuando iba a hablar con Él, le explicaba los koans desde mi entendimiento. Me miraba sorprendido, se sonreía o reía abiertamente, decía: “¡De verdad, jooo, increíble, estás seguro, …!”. Indudablemente por su expresión y sus palabras, gracias a mis explicaciones, había resuelto todas sus dudas.
          Afortunadamente, con el tiempo supe que no entendía nada de lo que le decía, por lo que pudo conservar intactas todas sus dudas.
          Un día que vino a visitarnos Shakyamuni, que hablaba idiomas, me dijo que hablase con Él. Ese día, había contado la historia de uno que escuchaba el sonido que produce una mano al aplaudir, así que le expliqué a Shakyamuni lo que significaba, según le había aclarado al Maestro.
          Me lo agradeció profundamente postrándose ante mí, y me confió las dudas que le produjeron mis explicaciones:
          Me dijo: “Sé que has nacido en la tierra del flamenco, donde viven y se crían los grandes palmeros, donde el cante y los “quejíos” de los desamores, suenan en la oscuridad de la noche acompasados y acallados en el sonido de las palmas.
          Por favor, aclárame, si el palmeo es fruto de la monogamia o de la poligamia.
          Si el palmeo del pato es por su pata, el sonido de su palmeo al andar proviene por el palmeo de su pata o el batir de sus alas aplaudiendo.
          Por favor, aclárame, si su sonido proviene por tener una sola pata o puede ser que suene, aun siendo polígamo teniendo varias patas”.
          Le miré sonriendo, con cara sorprendida por sus dudas, diciendo con voz amigable y suave: ¡Increible!.
          “Él, señaló con su dedo la pata del pato, incuestionable en su palmeo, con su “Clap, clap, clap, al caminar”, origen de su duda: “El sonido es de una sola pata o solamente es producido cuando tiene dos”.
          La duda que me ha dejado es si un pato soltero y célibe, desconocedor de pata alguna, produce sonido al caminar.
          Siendo una persona viajada, me ha contado: “De gente que no tenía manos, de quienes tenían una, de las que tienen dos, y de unos dioses y diosas que tienen cientos, pero me ha confesado que nunca en sus innumerables viajes, ha encontrado palmeros como los del flamenco, resonando sus aplausos en el silencio de la noche, llorando por el Amor perdido, con manos que se mueven fantasmales en el resplandor de las hogueras”.
          Nos abrazamos, y corriendo, en un suspiro fui a ver a mi Maestro, tras postrarme profundamente, le supliqué: “Si por casualidad viniese Shakyamuni otra vez a visitarnos, no le permitas hablar conmigo”.
          Desde entonces perdí todo interés por escuchar el sonido de una mano al aplaudir, regresando a los discos de flamenco, que puedo escuchar a cualquier hora del día.



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