No pretendo molestaros

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Yui Shin

viernes, 20 de julio de 2018

SIN ORILLAS

          Shakyamuni enseña que no hay otra cosa que Vacío, que no tiene las marcas de ser Buda, ni alcanzó nunca el Nirvana. Que no hay Iluminación que alcanzar, ni tiene Compasión.
          Bodhidharma enseña la Mente de la no-Mente, es decir que cualquier cosa es lo que no es por Naturaleza.
          Lo primero que habría que buscar sería: ¿Qué entendió Bodhidharma de las palabras de Shakyamuni?. Lo curioso es, que si entendió algo habría vivido en la equivocación, por lo que probablemente nunca supo lo que había dicho Shakyamuni.
          Este es el principio de su Sermón de: “Cruzar a la Otra Orilla”, desde su convencimiento de que no hay quien pueda cruzar, ni tan siquiera que exista la orilla donde estamos, por lo que difícilmente podremos cruzar a otra.

La Enseñanza Zen de Bodhidharma. Traducido al español y digitado por la Rev. Hortensia De la Torre (Yin Zhi Shakya)
El Sermón de Cruzar a la Otra Orilla
Discípulo: Si alguien está determinado a alcanzar la iluminación, ¿cuál es el método más esencial que puede practicar?
Bodhidharma: El método más esencial, que incluye todos los otros métodos, es la contemplación de la mente.
Discípulo: Pero, ¿cómo puede un método incluir todos los otros?
Bodhidharma: La mente es la raíz desde la cual todas las cosas crecen. Si puedes entender la mente, todo lo demás está incluido. Es como la raíz de un árbol. Todas las flores y frutos de un árbol, las ramas y las hojas, dependen de su raíz. Si alimentas esa raíz, el árbol se multiplica. Si cortas su raíz, él muere. Aquellos que entienden la mente alcanzan la iluminación con un esfuerzo mínimo. Aquellos que no entienden la mente practican en vano. Todo lo bueno y lo malo llega de tu propia mente. Encontrar algo más allá de la mente es imposible.
Discípulo: Pero ¿cómo puede llamarse entendimiento el observar la mente?
Bodhidharma: Cuando un gran bodhisattva investiga completa, profunda y laboriosamente en la sabiduría perfecta,77 entiende que los cuatro elementos y las cinco sombras son carentes de un yo personal. Y comprende que la actividad de su mente tiene dos aspectos: puro e impuro.78 Por su misma naturaleza, estos dos estados mentales están siempre presentes. Ellos alternan como causa y efecto dependiendo en las condiciones, la mente pura deleitándose en las buenas acciones y la mente impura pensando la maldad. Aquellos que no son afectados por la impureza, son sabios. Ellos trascienden el sufrimiento y experimentan la bienaventuranza del nirvana. Todos los otros, atrapados en la mente impura y enredados en su propio karma, son mortales. Ellos van a la deriva a través de los tres dominios sufriendo aflicciones incontables, y todo porque su mente impura oscurece su ‘yo’ verdadero.
          Un yo que contemple una de sus partes o individualidades, es todo lo que hay que hacer para ir desde la orilla donde estamos a la orilla que deseamos ir. Simple, claro y conciso.
          Tiene que haber un yo en algún lugar, para poder desear e ir a otro.
          Porque si no hay un yo, que tenga una mente que poder contemplar: ¿Quién estaría en una orilla deseando ir a la otra?
          En una Vida o Buda, que solamente se manifiestan en un Ahora Eterno, como Absoluto, en una Individualidad que sin importar la infinitud de individualidades, solamente puede ser la Individualidad, no algo o una entidad individual, sino la Individualidad, aparentemente parecido, pero totalmente diferente. Hay un yo que cree ser una individualidad separada y crea y usa una mente que al discriminar, ve la separación de las infinitas individualidades.
          Siendo por tanto la percepción de la mente discriminatoria de un yo, es en ella donde crecen y se manifiestan como diferentes las individualidades y adquieren su nombre y características.
          Si la observamos hasta encontrar al yo que cree poseerla, si la observamos hasta ver que no es algo poseído, ni hay un yo que no sea la misma mente, podemos llegar al punto de partida a ningún lugar.
          Es lo que llamaríamos la Sabiduría del Vacío, donde no habiendo quien sepa, nada que conocer, la Mente se sumerge en la Ignorancia de sí misma, siendo Todo en el Ahora, no pudiendo por tanto saber de Conocimiento, Conciencia o Consciencia. No existiendo en una u otra orilla, por ser Existencia Pura.
          En esta Mente, existe la Dualidad, siendo Infinita y Absoluta, no hay nada que pueda existir o no existir, que no esté en ella existiendo en Su Ahora. Pero es la Dualidad de que todo es por Naturaleza los dos opuestos, siendo el yo, nosotros los que le conferimos la polaridad con la que se manifiesta en nuestra percepción de realidad.
          El Estado Iluminado es el de percibir la Realidad de la Naturaleza de Vacío en Todo, carente de yo y fuera de la percepción de separación de individualidades. Estas siguen existiendo, pero no en separación, no quedando ni tan siquiera una mínima percepción de yo, es lo que es llamado Sabiduría en los Sutras, en las Enseñanzas de Bodhidharma.
          Por tanto, Ignorancia es el Conocimiento, la Consciencia de una yo que es su portador, contemplando las individualidades desde la separación. Siendo el origen del sufrimiento su deseo de unirlas, conservándolas mientras dure la búsqueda separadas o en el deseo de que sean diferentes en el ahora o en el Ahora.
          Solamente nos separa de ser Buda, el deseo de un yo de serlo.



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