Ha habido
Maestros que cuando han sido interpelados por los discípulos, deseando una
aclaración o enseñanza, han respondido que: “¿Por qué me pides que
enseñe algo o lo explique, cuando en mi vida no he pronunciado una sola palabra?”. No es literal la respuesta
del Maestro, pero lo que sí han hecho ha sido incluso retrasar su muerte para
darles la charla.
Tras anunciar
la fecha de su muerte, algunos al ser interpelados con una duda, han decidido prolongar
su vida unos días o un tiempo, para aclarar alguno de los entendimientos de los
discípulos dándoles otro punto desde donde mirar.
Los
Maestros: “No enseñan, no hablan, no tienen compañía, existen en soledad”, el problema es que nosotros entendemos sus frases desde
las palabras usadas, creemos que la frase de un Maestro se puede interpretar el
mismo significado que si la pronuncia un ignorante, pero eso dice que quien la
entiende no es realmente un discípulo.
Las frases,
los silencios, las tonterías o estupideces de un Maestro son la Vida misma
manifestándose para el discípulo, porque es él, el que ha decidido que sea su
Maestro, el que le llama Maestro, el que desea ser su discípulo. Pero el
Maestro es la Voz de la Vida, no de una persona, de un humano, de un sabio o un
Dios, sino la Vida misma. Si escuchamos sus palabras, hemos perdido al Maestro.
Es por ello por lo que el Maestro enseña desde el Silencio.
Sus palabras
no son la enseñanza. Los Grandes Maestro, enseñaban para miles de personas que
eran ignorantes y Maestros que enseñaban a discípulos antes de que estos
Grandes Maestros hubiesen pensado en serlo. Sus palabras siendo las mismas, enseñaban lo que cada uno aprendía, nunca dependiendo de lo que decía, sino la
capacidad de entendimiento de cada uno.
Por eso
las palabras siempre eran la responsabilidad del Maestro, pronunciarlas siempre
que era requerido, sin importar si está vivo o muerto. Pero su hablar siempre
es Silencio, cuando es el Maestro el que habla.
El Maestro
vive y existe en el Pico, en la Cumbre de la Montaña, porque es el único lugar
donde no puede haber dos personas, donde solamente puede estar sobre un pie,
pues la cumbre es tan pequeña que no pueden plantarse los pies de la Dualidad.
La soledad
del Maestro es tan extrema que no puede tener ni tan siquiera un yo que le
acompañe.
El Maestro
nace de Su Madre.
Vive
siendo la multiplicidad del Universo.
Cuando muere,
es la Vida la que muere, pues Él sigue viviendo, siendo la Vida donde la Muerte
vive.
El Maestro
nunca lo sería sin tener discípulos.
Pero no
habiendo yo que sustente el Maestro, sólo el Vacío puede manifestarle.
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