Paseaba la
Vida por sus tierras de campos floridos, manantiales y deliciosos frutos. Mirando
todo, henchida de la felicidad que produce el ver vivir cuanto existe en la Vida,
reflejo de su belleza.
Distraída y
sintiendo su propia existencia, llego a sus fronteras, a los límites donde
comenzaban las desiertas arenas de la Muerte, donde lo único que podía vivir
era aquello que moría.
Apenada la
miró fijamente a los ojos, derramando dos lágrimas que al caer permitieron
que entre ambas dos flores brotaran por arte de magia en terrenos donde no podía permanecer
la Vida, pero tampoco podía entrar la Muerte.
Con voz
entrecortada, habló del sufrimiento, de la tristeza y desesperación que le
producía, contemplar un lugar tan extenso y profundo de muerte en el que no
podía vivir nada más que la Muerte.
Con una
sonrisa en su cara, las profundas cuencas vacías de la Muerte miraron con
cariño a la Vida y con voz cavernosa y amable, la dijo:
“Cuan triste es vivir, sin poder ver
la cara, la sonrisa de la Vida, pues no puedes contemplar la Felicidad.
Cuanta desesperación produce que al
vivir sólo puedas contemplar la cara de la Muerte, que por estar viviendo no
puedas ver la profundidad de la Vida que está viviendo lo que muere.
En ti, las flores, los frutos y su belleza se
marchitan, para transformarse en nueva Vida, que sin embargo no cambia nada en
Ella.
En mí, no hay nada viviendo, solamente
vive la Muerte Absoluta, que algunos invocan pensando que todo desaparece en
Mí.
Pero: ¿Quién podría contemplarse
cuando existiendo en la aridez, en la oscuridad, en la ausencia de color y luz
de la Muerte, al mirar a su alrededor lo único que puede contemplar no es lo
que vive, sino a ti la propia Vida?.
Mi amor por ti es tan profundo, que no
quiero que nada más exista. He renunciado a tener ojos, boca, o cualquier
órgano de percepción de conocer lo que vive en Mí.
Incluso he renunciado a saber que vivo,
que existo, para siendo Muerte, existir en Ti, en unión tan profunda que no
perciba que existes. En unión tan profunda que me impida saber que existo.
Dicen que quien vive, odia, rechaza y
busca la desaparición de la Muerte.
Yo busco mi desaparición, para vivir
en Ti. Sin por ello dejar de ser Muerte, para estar eternamente Contigo,
manifestándonos como Amor, si ti y sin mí”.
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