No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

miércoles, 26 de septiembre de 2018

REPRIMIENDO

          Hemos llegado al punto en que leemos, pero la mayoría de las veces no entendemos lo leído, sino lo que ya sabíamos.
          Probablemente los mayores errores de entendimiento procedan de las frases simples. No solamente no cuidamos al leer las posibles implicaciones de una frase, sino que la escribimos en la seguridad que expresa claramente nuestro pensamiento, siendo que la mayoría de las veces lo que expresamos es: “Nuestras represiones”, “Nuestras discriminaciones”, “Nuestras frustraciones”.
          He cagado en el campo, en la selva, en tazas con calentador de tapa y chorrito de agua para no usar papel, en agujeros negros, en precipicios con unas tablas y una especie de caseta viendo el fondo de la taza del baño a unos 20 o 30 metros por debajo, lo he visto hacer en las calles, en los caminos, he paseado por calles en pueblos y suburbios donde era difícil no pisar alguna, teniendo que pisar encima de las secas.
          He estado en playas top-less, donde algunas se bañaban desnudas, he visto dar de mamar a niños por la calle y a bebes, a una cabra de una vaca.
          Por suerte o por desgracia he visto y estado en lugares donde la felicidad no era tener dinero o posesiones.
          Leía un comentario en una foto de una mujer en jarras dándole de mamar a su hijo en un supermercado, sin abrazarle, sin mirarle, sin un gesto de cariño, aparentemente diciendo: “Mirad que par de tetas tengo”, usando al niño para mostrar su frustración y que podía hacer lo que quisiese, pero al contrario de costumbres y los acuerdos no verbales de convivencia, y que tenía que ir a comprar en persona, a pesar del par de tetas que tenía porque su pareja se habría acostumbrado y no las valoraba.
          Los comentarios iban en la libertad de la mujer, y los derechos de dar de mamar en el lugar donde el niño siente hambre. Al parecer darle de mamar al hijo, sin cariño, sin prestarle atención y solamente perdiendo su tiempo en tener que darle de mamar, permitiéndole succionar de la teta, que es lo único que necesita su hijo.
          Escribo acerca de uno de los comentarios: “Los hay muy reprimidos, por ende, ¡represores!”.
          Porque el necesitar ir en contra de lo que se establece socialmente, generalmente es una muestra de sentirse reprimido, cuando no que se está violentando lo que somos al hacer algo para ir al contrario de los demás, para hacer lo prohibido, para sentir que somos alguien con valor y libre, que muestra la insatisfacción con nosotros mismos.
          La mayoría de los represores, son personas que se reprimen a sí mismas, actuando para demostrarse que no son como los demás, que no obedecen ni tan siquiera a lo que saben deberían hacer.
          Se dice que: “Dime de qué hablas y te diré de qué careces”, cuando alguien habla de libertad, solamente habla de la de sus amigos haciendo lo que él dice, y los demás siguiéndole a él.
          La mayoría de los represores no es por haber sido reprimidos, sino por haberse reprimido a sí mismos. Muchas veces es nuestra propia moral, nuestra forma de ver la vida, la que nos lleva a ir al contrario de lo que pensamos, para demostrar a los demás, que somos personas frustradas tratando de aparentar libertad.
          No es el hecho de darle de mamar, sino la forma lo que comenté. Dar de mamar lo he visto con naturalidad desde que me daban a mí. Sino la indiferencia del acto, en el que solamente parece enseñar sus magnificas tetas, para que viesen lo que se perdían por no estar con ella.
          Y es que la naturalidad, no necesita de provocación o de hacer algo para demostrar o pedir.
          Los reprimidos, muchas veces son los padres que consienten todo a sus hijos, porque a ellos no se lo dieron.
          Los represores, suelen ser los que quieren demostrar que no se reprimen, al reprimir a los demás. Generalmente porque se reprimen a sí mismos, tienen que demostrar y aparentar, que son diferentes.



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