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Yui Shin

viernes, 18 de enero de 2019

EL HEDOR DE LAS CLOACAS

          Ha sido necesario, conocer y padecer las acciones de los Jueces, fiscales y abogados, y padecer lo que es entendido como Justicia, para recapacitar en algunas de las cloacas, que permiten una aparente pulcritud y limpieza, incluso apariencia de humanidad, cuando leemos o escuchamos las leyes que amparan y controlan nuestra convivencia, cuyo hedor sale a veces en la realidad social que vemos en las noticias, por descubrirse o porque se oculta. Porque vivimos en la Justicia de las leyes, basadas muchas veces en la costumbre, en el momento y carentes de Dignidad y defensa de la Verdad.

          Por ser noticia durante décadas, vemos la defensa de la mujer como una de las Leyes que hay que conseguir: “Su igualdad con los hombres”, que durante siglos han sido los creadores de las Leyes que delimitan y controlan la Justicia.
          Décadas de mujeres violadas o agredidas, ridiculizadas, vejadas y avergonzadas por los Jueces y las personas encargadas de velar por la Justicia, siendo los responsables de su Administración. Sentenciadas según el país: “A ser lapidadas, casarse con el violador, a su exclusión social, a callarse, a aceptar la sentencia absolutoria del violador o agresor, o simplemente, ser obligada a aguantarse a ser tratada como un trozo de carne, el cuál puede ser usado como se desee”.
          Pero la mayoría de las veces, respetando esas leyes que salvaguardan y controlan la Justicia.
          La ablación, los matrimonios de niñas en edad infantil, que son legales y que a pesar de dictarse o emitirse leyes con su prohibición, la costumbre y existencia durante siglos de las costumbres y que quien lo ha sufrido no se resigna a que los demás se libren de lo que ha padecido, hace que sea difícil erradicarlo. A veces uno de estos matrimonios, es la diferencia entre que los demás hijos coman y vivan o la muerte por hambre y necesidad de la niña y su familia o parte de ella, siendo una responsabilidad enorme para los padres el elegir, algo que nosotros los afortunados que tenemos pocos hijos o ninguno, que comemos a diario, podemos criticar y manifestarnos o dar dinero para evitarlo.
          Defendemos a los animales, la orientación sexual, y los problemas que nos afectan o nos mueven interiormente. Creando las diferencias y confrontaciones de exigir leyes que defiendan lo que nosotros deseamos o pensamos que es lo correcto.
          En la defensa animal, deseamos que los animales vivan en libertad y felices, porque les damos de comer y los mantenemos encerrados donde nos proporcionen amor y felicidad. Porque los tratamos como hijos, porque nos muestran más amor, nos hacen más compañía y dan menos problemas que los hijos.
          Pedimos que no se encierren en zoos, que no trabajen en circos y que no mueran defendiéndose. Pero no dejamos de exigir carreteras, madera y viviendas, todo ello con los servicios y abundancia que permita que vivamos felices sin esfuerzo.
          Lo que hace que su hábitat desaparezca o las condiciones les impidan vivir en libertad. Los toros que viven en grandes dehesas, con cierta libertad y que mueren teniendo una remota posibilidad de defenderse, se elimina legalmente, para que puedan vivir en establos y morir dignamente en los mataderos para que los comamos, al igual que tanto animal como nace y vive para renacer en una cocina.
          Pero son las Leyes que exigimos, lo único de lo que entienden y manejan los servidores asignados a defender la Justicia, que sentencian tras retorcer y dejar las leyes, de forma que sustenten la Sentencia que tienen que emitir y firmar.
          Hoy en día, algunos Juicios son prácticamente públicos a través de los medios de comunicación. Pero la Justicia sigue necesitando utilizar la mayor parte de su energía en sellar esas cloacas, que solamente en el mantenimiento de la delincuencia, los abusos y lo que cada día escuchamos en las noticias, muestran el hedor que esconden.
          Existimos en la Mentira, en la falta de humanidad y la Indignidad, algo que es la base de tres patas, siempre equilibrada que sustenta las Leyes que controlan la Justicia que defendemos y recibimos.
          Porque la Justicia no depende de la Ley, sino que las mismas Tres Patas, sustenten la base de la Justicia en: “La Verdad, la Humanidad y la Dignidad”. Solamente las Leyes, prácticamente de orientación de mantenimiento de la Armonía entre las Verdades diferentes e individuales, pueden llevar a la Justicia, que no sería de delitos o abusos, sino de armonización de dos Verdades Diferentes.
          La llave que hace desaparecer las cloacas, con su deshumanización, abusos y mentira, y el hedor de unas vidas controladas y sumidas en la indignidad, la avaricia, el lucro y el poder, es algo que nadie puede darnos, que nadie debería enseñarnos, pues todos la tenemos que se llama Dignidad que es Naturaleza del Ser Humano, y que no debemos confundir con prepotencia, que es la Naturaleza de la gente y a veces de la gentuza, que antes de llegar a la humanización deben ser personas.
          No es el pedir leyes que defiendan nuestros derechos personales lo que traerá la Justicia a nuestras vidas, sino el desarrollo de la Dignidad en cada uno por sí mismo, que le permita respetarse y respetar la diferencia de los demás.

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