Quizás la
primera equivocación es la de confundir: “El sentimiento o la
definición de la palabra, con el Concepto”.
Decimos de
Él que no existe, si no nos dan todo el amor en la cantidad y forma en la que
lo exigimos, y que existe si nos sentimos amados y con seguridad cuando amamos.
La importancia
del bosque depende de quién lo mira: “Buena leña, buena madera
para usos concretos, para pasear, para esconderse, para setas u otros
alimentos, plantas para ser usadas en algo”,
generalmente el beneficio que nos puede reportar o para qué lo podemos usar.
Podemos amarle
por el oxígeno que produce y su utilidad y lo que aporta a nuestra vida, por su
belleza si nos gusta, por su incomodidad al tener que desviar las carreteras. Tanto
en su totalidad como en el despiece que realizamos para conocerlo, la
motivación es por nuestro interés, no por el bosque.
Él sigue
siendo bosque, independientemente de lo que nosotros interpretemos de lo
observado o percibido, nuestros intereses o propósitos. Incluso cuando cortemos
todos los árboles y asesinemos sus animales, antes nunca supo que era bosque,
ahora tampoco sabe que se ha destruido el bosque, por lo que eternamente
seguirá siendo lo que nunca supo que era.
El amor
que contemplamos, es la manifestación del Amor o los beneficios que obtenemos
por amar o ser amados, tanto económicos como vivenciales, físicos, emocionales
o mentales, o bien el daño y dolor que nos ha causado esta manifestación mal
interpretada.
Por lo que,
cuando hemos estudiado el sentimiento y le hemos dado un nombre, lo hemos
definido por lo que se da o recibe. Siendo que la mayoría de las veces, es
definido con frases que manifiestan, lo que tenemos que recibir para que aceptemos
que nos aman.
Algo que
es diferente en cada persona y momento. Incluso decimos que nos tienen que
tratar o agasajar de una manera y nos sentimos desgraciados porque las parejas
nos tratan y agasajan de forma diferente.
Y es, que
pensamos sinceramente que el Amor se manifiesta de formas diferentes y que hay
clases y tipos de Amor diferentes. Cuando lo que hace diferente al amor que
sentimos, son el momento, nuestros intereses, nuestras costumbres o
necesidades.
Creemos amar
cuando recibimos lo que deseamos, al sentirnos amados.
Creemos
entonces que existe el Amor. Bien porque recibimos lo que deseamos o al no darnos
lo que pedimos, deseamos dar lo que necesita o necesitan la otra persona o
personas. A veces porque recibimos y devolvemos o pagamos por ello.
Otras veces, creemos que no existe el Amor porque no hemos recibido lo que deseábamos o
bien porque no tenemos lo que deseamos. Pareciendo lo mismo es algo totalmente
diferente.
Algunas personas
quieren tener lo que desean, pero obviamente si lo desean es porque no lo
tienen. Cuando lo consiguen, hay algo nuevo que desean, por lo que su búsqueda
del Amor, es algo que nunca podrá obtener respuesta. Mientras que la persona
que no ha conseguido lo que desea, está ciega para cuanto está recibiendo.
Tampoco cree
en el Amor, la persona incapaz de entregarse, porque evita el sentirse mal
consigo mismo. Porque quien no ama a los demás, es porque es incapaz de amarse
a sí mismo, fuera del amor a su ego, no hay nada en él que pueda amar.
El Concepto
es simple: “Todo lo que se manifiesta o es inmanifestado tiene por Naturaleza
el Amor, que le permite Ser”.
Es el
propio Vacío donde se manifiesta el Todo y todo. Ese ser donde el Todo se
manifiesta, impide tener entidad, por lo que solamente es una Naturaleza, que
se manifiesta en todo el Todo.
Puede cambiar
su manifestación, cómo es percibido, pero no puede ni tan siquiera existir por
sí mismo, siendo Naturaleza, tiene que haber una entidad existente o
inexistente donde manifestarse.
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