No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

Si tenéis que pagar para entrar en la página, no es la original. Como digo a la derecha es Gratuita y sin publicidad.
Yui Shin

lunes, 11 de febrero de 2019

HABLANDO DEL ZEN

          Acostumbrados a tratar con las Matemáticas, siempre tan exactas o la Ciencia que puede explicarnos y demostrarnos que las cosas son como dice. Nos resulta a veces enrevesado entender el Zen o las Palabras de los Maestros.
          Aun recuerdo cuando un profesor, nos puso una ecuación cuyo resultado era que 2=1, éramos unos 200 en la clase y a todos nos daba el mismo resultado. En casa, cuando cambié las letras por números, supe que algo había estado mal entendido.
          También me acuerdo, de las ciencias, que dicen que el color de las cosas, depende del rayo de luz que no puede ser aceptado por el objeto. Por lo que cualquier cosa roja, por ejemplo, al contrario de lo que decía Barrio Sésamo, lo único que no es, es: “Roja”. Porque es el color que no ha aceptado, y ha quedado fuera de ella, ocupando el resto del Universo.
          Una de las cosas curiosas del Zen, es que cualquier color tiene que ser blanco, no hay otro. Hablamos del Yin y del Yang, el blanco y el negro, pero la realidad de ese Mundo de las diez mil formas, solamente tiene el color blanco.
          Cuando confluyen todos los rayos de Luz, el color es el blanco.
          Cuando un objeto que se ve rojo, se integra en el Universo, aporta todos los demás colores, haciendo blanco al Universo. Ni tan siquiera habría lugar para el negro como opuesto.
          Y es que entendemos las cosas tan en la letra, que olvidamos que lo que algo es en realidad, es el Todo. Andamos buscando desesperadamente a ese Maestro que prepare nuestro oído y nos revele la Verdad.
          Pero el oído preparado y listo para escuchar la Verdad, lo hará con cualquier sonido o silencio, escuchando la Voz del Maestro en cuanto le rodea y de lo que acepta ser él mismo.
          Tratamos de entender el Zen, de saber para qué nos puede ayudar o beneficiar, las metas a las que nos puede llevar. Le vemos con un color, que es el nuestro porque nos hemos situado fuera.
          El Zen siendo de todos los colores y sus mezclas y tonos, es incoloro.
          Nos lo explican en Koans, en palabras que son simples, en hacernos meditar hasta que el cuerpo no aguanta más. Porque es lo que nos llevará a comprenderlo.
          La Ciencia, las Matemáticas, las filosofías pueden explicar la Vida, cómo funciona, lo que es, su manifestación y el aprovechamiento que podemos hacer de Ella, para obtener los resultados que deseamos, para alcanzar el progreso y las cotas de evolución que nos hemos marcado.
          Pero el Zen no puede explicar nada, quien entiende algo, es un ignorante que cree que algo puede ser entendido o conocido en lo que es.
          Quien no lo entiende, es un ignorante que no sabe lo que ve.
          El Zen se dice que es para los buscadores, pero no hay nada que buscar en Él.
          Por lo que quienes escuchan esto, creen que no hay nada que buscar, y pierden su vida en ello.
          El Zen no es una cuestión de saber o no saber, de buscar o no buscar, de encontrar o no encontrar.
          ¿Qué color puede percibir el blanco, si en él están todos los colores?, pensamos que el negro, porque es el Yin del blanco. Pero en Zen, el negro es blanco, siendo incoloro.
          En Zen, no hay zen que pueda verle o percibirle.
          En Zen, no hay fuera ni dentro, no hay colores, no hay nada más que Vacío, incoloro, inexistente, en el que se manifiestan todos los colores, todas las formas, sin que nazcan o puedan morir.
          No hay nada que buscar o encontrar en Zen, pero si no lo buscas, siempre quedará un buscador fuera del Zen.



No hay comentarios:

Publicar un comentario