Son los
porqués, el ansia de saber lo que las cosas son, el cómo han llegado a ser como
son y entenderlo, el motivo principal por el que no podemos aceptar
profundamente el que algo sea lo que es simplemente, algo que no puede ser
conocido o percibido, porque el que algo o alguien sea lo que es, depende de
cómo se manifiesta todo el Universo en su individualidad, mostrando el mínimo
que podemos percibir, o conocer. Los porqués son infinitos, individuales, por
provenir de cada una de las individualidades en las que está integrado, pero
también la individualidad que pretende o cree ser, es la que es más visible, al
menos en el mundo físico dual.
Nacimos como
semilla de Humanidad, desde la Naturaleza Humana que es acogida y se manifiesta
en la Dualidad del Vacío.
Fuimos carnívoros
cazadores, o alimentándonos de los despojos que otros animales dejaban sin ser
comidos en los bosques. Nuestra competencia con ellos por alimentarnos, fuese
de carne o de frutas o plantas, debido a nuestra debilidad al enfrentarnos con
ellos, nos llevó a unir fuerzas, a actuar en manada, en grupos numerosos que
nos diesen la oportunidad de alimentarnos y seguir existiendo.
Es la
unión, la unidad, el servirnos unos a otros, el ayudarnos y ser uno sólo, lo
que permitió que pudiésemos seguir existiendo y evolucionar, siendo esta unión
lo que evitó nuestra desaparición por no poder adaptarnos compitiendo con los
demás.
Es cuando
alcanzamos un principio de conocimiento: Desarrollando armas, utensilios,
ropas, fuego, la agricultura, que nos permite competir por ser más poderosos,
tener más y ser mejores que los demás, cuando la semilla de Humanidad que había
sido plantada se desvía y crecemos como gente. Lejos de ser personas, paso
previo para que la oruga se convierta en mariposa, el lodo en loto.
El aumento
de la competencia, de la lucha por la posesión y el poder, es el camino que nos
ha traído a transformarnos en gentuza: Ladrones, abusadores, violadores, así
como insatisfechos con lo que somos, pues incluso hemos olvidado lo que somos.
Buscamos en
el origen, en nuestra siembra, en el principio o las condiciones en las que nos
desarrollamos, el porqué de la sociedad que hemos creado, en que nos cueste incluso
manifestarnos como gente en nuestra competencia con los demás, por lograr ser más en todo. Pero no es el cazador que necesita comer y respeta su presa el que
se convierte en gentuza, sino el que la mata innecesariamente o por mostrar su poder.
No es por
ser agricultor que planta semillas para alimentarse, sino el que respeta la
naturaleza y las condiciones en las que crecen las plantas. Creando sus huertas
en las zonas mejores, no solamente para su beneficio o más rentable o cómodas,
sino el que utiliza el sitio que es mejor pata todos, que menos daño crea para
poder alimentarse lo suficiente, el que cultiva su humanidad.
Pero hemos
creado una convivencia de supremacía, donde toda la Tierra y sus habitantes,
están al servicio de la ambición y rapiña de gente y gentuza, lo que nos aleja
de crecer humanamente.
La Humanidad
es la convivencia de la Vida en la Tierra, en los Universos, siendo Uno, siendo
la Vida la que alimente la Vida, comiendo lo necesario, pero desde el respeto y
no necesitando más de lo necesario.
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