Todos somos
conscientes de la impermanencia, vemos como todo nace, crece, envejece, transformando
su apariencia, para finalmente disolverse en sus agregados, comenzando a
integrarse en otras formas.
La flor,
se transforma en fruto o en semillas, los hijos en nuevos padres y madres, en
un Cambio Eterno, en una Impermanencia que dice Buda es Eterna, que solamente
la Verdad y la Realidad pueden permanecer. Cabría preguntarse, si permanecen en
el Cambio, o permanecen Siendo lo que son, Eternamente sin Cambio.
Las palabras
y el Espíritu en el que son pronunciadas y escuchadas, hacen que el entendimiento
pueda ser de cualquier polaridad, abarcando el Infinito existente entre el Yin
y el Yang, en su incapacidad de poder separarse.
Nos habla
Buda de Infinitos Universos, todos diferentes, regidos cada uno por un Buda. En
el que la Realidad se manifiesta diferente, y en su número Infinito, solamente
existe Un Buda y Un Universo.
Una Impermanencia,
en la que el Inexistente Buda es el Único que Permanece. En la que Permanece la
Impermanencia, porque la Naturaleza de la Realidad es Ser Vacío, lleno de Nada.
Porque algo tiene que existir en el Vacío, en lo que se manifieste la
Naturaleza de la Impermanencia, ese algo, siendo que la Realidad está en la
Naturaleza de Vacío de los cinco Skandhas, sólo puede ser Nada.
No podemos
explicarnos lo que Shakyamuni entendía o quería transmitir al decirnos lo de la
Impermanencia, si no tenemos en cuenta, el resto de Conceptos: Aquí y Ahora,
los Universos múltiples, la Naturaleza del Vacío, y esa Nada en la que Él existía
sin marcas, sin posibilidad de ir al Nirvana, o ser Buda sin el hombre y su
dualidad.
Nosotros tratamos
de estudiar la Impermanencia, al comparar una individualidad en dos momentos de
expresión diferentes, separados en el tiempo y/o el espacio. Vemos la flor que
se transforma en fruto, portando las semillas que darán origen a nuevos árboles.
Pero no
importa que cambie el número de árboles, o que unos mueran y otros nazcan, su
Individualidad como bosque, permanece inalterable. Podemos calificarlo,
analizarlo, estudiarlo, hasta poder determinar que el bosque es Impermanente. Algo
que no se realiza cuando conservamos su Realidad: Ser Bosque.
Un Universo,
según la relatividad, es algo inmensamente grande o extenso, para una
individualidad infinitamente pequeña, al compararse con él.
Por lo que,
en un quark, podría existir un Universo, si consideramos que la materia o la
energía, se pueden encontrar, individualidades infinitamente más pequeñas. Si consideramos
que Buda nos habla, de un número infinito de Budas, que cada uno rige en un
Universo.
Siendo la
Naturaleza del Todo y todo, la del Vacío. Que en ese Vacío existen todos los
Universos o individualidades, podríamos pensar, que lo Único que permitiría que
esa Naturaleza, no experimentase ni el Cambio, ni la Impermanencia, sería, que
la Individualidad de la que se forman todas las demás fuese, lo que pervade ese
Vacío y lo llena, sin que pierda su Naturaleza: La Nada.
Podemos pensar
que Vacío y Nada, es lo mismo. Pero no debe ser así, si queremos entender las
enseñanzas de Buda, o, mejor dicho, lo que nosotros aprendemos de ese entendimiento.
Lo que
haría que lo único que realmente mantiene la Naturaleza de Permanente o
Inmutable sería ese Vacío, en el que la Nada, no experimentaría nada, pudiendo
manifestarse en cualquier dimensión y Universo, como Impermanencia.
La Nada,
no nace, cuando todo desaparece, queda esa misma nada, que no puede morir al no
haber nacido.
El Misterio
es, que esa Nada sea lo que da forma a todos los Universos e individualidades,
que existen en ellos. Pero que todo lo maravilloso que existe, que nos permite
existir a nosotros también sea: El Vacío, que permanece inalterable en la
Impermanencia de la Forma.
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