Recuerdo, que
una de las pocas veces que me han preguntado directamente: ¿Qué es Meditación?,
fue en una entrevista, poco tiempo después de regresar a España. No conocía
exactamente de lo que iba a ser la entrevista, ni había preguntas pactadas, mi
respuesta rápida fue: “El estado natural de la Creación, del Universo, de ser
lo que se es”.
Me dijeron
que tendría que explicarlo, que si no tenía nada que ver con silenciar la mente
o encontrar el Vacío.
En el Aquí
y Ahora, en la ausencia de ego, en el Vacío, tras arrojar y desprenderse cuerpo
y mente, tras olvidar el “self”, lo único que queda es: “Que cada individualidad
es lo que es”.
En nuestra
forma de ver la vida, la sociedad, lo que somos, es natural que todo tenga una
meta, un deseo, una evolución o algo que conseguir. Es la razón por la que no
importa lo que nos digan, lo que nos expliquen, lo que entendemos es qué y para
qué nos sirve; cuál es su utilidad y los beneficios o perjuicios que podemos
obtener.
Es quizás
por lo que para que aceptemos y nos esforcemos en algo, lo importante es: “Ofrecernos
algo, decirnos que vamos a conseguir lo que deseamos”.
Nos venden
la Meditación como algo que nos permitirá: “Silenciar la mente que nos molesta,
la Iluminación, la Felicidad, ser lo que somos, perder el ego, alcanzar el
no-yo, poder existir sin self, gozar de buena salud, y en definitiva cualquier
cosa que deseemos alcanzar”, todo ello espiritualmente y sin ego.
Es la
panacea, que nos permitirá obtener cuanto deseemos, que nos permitirá ser la
perfección y vivir en el Vacío en el que tendremos todo.
Pero es el
olvido de los Conceptos, de los Valores, de los Principios, que nos han sido
recordados por los Maestros, una y otra vez, y que debido a nuestra condición
de inmersión en la ignorancia, necesitan de marcarnos metas y lo que
conseguiremos en los pasos que tendremos que ir dando, hasta alcanzar la
aceptación de lo que somos.
Dogen dijo
que: “La iluminación es la intimidad con todas las cosas. Que hay que arrojar
cuerpo y espíritu. Aunque los Maestros hablen de mil diferencias y diez mil
distinciones, sólo se deleitan en la investigación cabal del camino que retorna
al hogar”. Porque es la carencia de: Ego, yo, incluso self, lo que permite
existir en casa, en el: Ser lo que somos.
Shakyamuni
y los Maestros, nos recuerdan que: No hay algo llamado ego, que no debemos
confundir el yo con el ego, que hay una Condición y Naturaleza Original, que
hay y es lo que Todo Es una Naturaleza de Buda, que no debemos discriminar, que
la Felicidad y Ausencia del Dolor, existen solamente en el Aquí y Ahora,
incluso tratan de darnos esperanza con el Camino Óctuple, en una guía para
abandonar el Sufrimiento.
Todo ello
es Meditación, todo ello es Zen.
Sin embargo,
nadie ni nada, pueden conocerlos o percibirlos. Como dice Lao Tse en el Tao Te
King: “Ser uno con el Tao, es el camino”.
En el
mercadillo, lo importante es saber lo que debemos comprar, porque si lo
ignoramos, nos venderán lo que creemos desear.
La Meditación
Zen, no nos proporciona salud, no nos silencia la mente, no nos introduce en el
Vacío, no nos permite realizar la Naturaleza de Buda, ni nos lleva a existir en
el Nirvana, ni nos Ilumina. Porque todo eso es lo que Somos, por ser Vida, por
ser el Absoluto, por ser Buda, siempre.
Aceptar lo
que somos, permite que seamos lo que Es. Ser lo que somos, es en el Aquí y
Ahora Eterno solamente. Ser lo que somos, es ser lo que es Todo: Naturaleza de
Buda, Buda, y por tanto Vacío es lo único que es percibido Siendo.
Hay que
ser: Zafu, sentarse, Iluminación, Buda, Silencio, Mente, Yo, Salud, Enfermedad,
Bien y Mal, para no poder practicar Meditación Zen.
Porque lo
que se manifiesta en el Aquí y Ahora, es el Equilibrio, la Armonía, la
Perfección de todas la Individualidades en un Aquí y Ahora, que manifiesta la
Nada y el Vacío del Siendo.
De ahí mi
respuesta: “Meditación es, el estado natural de cuanto existe, del Universo. En
un Aquí y Ahora, en el que toda percepción se realiza como Vacío”.
Cuando hay
un: Yo, un no-yo, silencio de la mente, percepción o no-percepción de Vacío,
incluso en ausencia del ego, tiene que haber un yo que lo percibe, aunque este
sea Yo, el del Uno. Algo que llevaría a la meditación que originaría el yo
individual y el nacimiento del ego.
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