No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

miércoles, 30 de septiembre de 2020

SOY CREYENTE


          Es curioso que nunca he encontrado a alguien que no lo fuese. Algunos incluso, piensan que en estar seguros de que no creen en nada, les excluye de serlo, por creer que están seguros de algo.

          Bautizado, asistiendo regularmente a misa, con clases de religión católica, primera comunión, Acción Católica y el aprendizaje del catolicismo como única religión verdadera, pasó mi infancia y juventud.

          Leí vida de santos, pasajes de la Biblia y acerca de la vida de Jesús y sus apóstoles.

          Es lo que había, lo que hacíamos una mayoría de niños, aprendiendo de las creencias nacionales y de nuestros padres.

          Mis preguntas acerca de los porqués, comenzaron siendo niño de unos 11 o 12 años, a profesores, curas y mis padres. La mayoría de las explicaciones venían de amigos mayores y gente mayor que en general se reía de la religión y sus mentiras.

          Afortunadamente o desgraciadamente me hice mayor con el paso de los años, tratando de hacerme adulto antes que viejo. Por lo que no recuerdo cuándo comenzó el momento en el que me hice responsable, del entendimiento de lo que me habían explicado y leído.

          Como escribí hace años, la seguridad de mi entendimiento comenzó en una isla de las Whitsunday, en la Gran Barrera de Coral, frente a Brisban en Australia. Apenas 400 0 500 metros cuadrados de tierra rodeados de océano sin que se divisase más tierra alrededor.

          Leyendo el Nuevo Testamento en inglés, que había cogido creyendo que era un diccionario de inglés. Una confusión que me permitió tener algo que leer en la soledad de estar conmigo en medio del océano durante una semana aproximadamente.

          Recordé, que Dios fue encontrado, mirando lo que nos rodeaba. Que aprendimos a verlo en cuanto nos ayudaba a vivir o bien en lo que nos asustaba o impresionaba: “Viento, tormentas, ríos, bosques, campos, siega, amor, guerra”, incluso temíamos tanto sus aspectos negativos, que creamos su personalidad negativa que le dimos el nombre de: “Demonios, espíritus malignos, ira de Dios”.

          Encontramos a Dios en las familias, en la tribu, y familiarmente le dimos un nombre personal, como a cualquiera de nuestros hijos. Pues nuestras vidas dependían de nuestros padres, de nuestros hijos, de la tribu, pero las vidas de todos dependían de la lluvia, del sol, de los cataclismos, de los bosques, de que hubiese animales y frutas que comer. Pero en la oscuridad, dependíamos de la Luna y las estrellas para encontrar el camino de regreso a casa.

          Comprendimos que la Vida que manifestábamos, era dependiente y formaba un Todo con cuanto nos rodeaba. Que no había una Vida que pudiésemos separar de nuestro vivir, de nuestra subsistencia en las condiciones y diferentes manifestaciones de Vida que nos rodeaban y compartían el espacio con nosotros.

          Pero los filósofos buscaron las explicaciones y el enseñarnos lo que significaba esta interrelación, que alguien miles de años después, definió como: “Así es arriba como abajo”, “No hay diferencias entre lo divino y lo humano, entre el espíritu y la materia”, porque a pesar de que expresan y manifiestan en su aspecto y su vivir algo aparentemente diferente, es la misma Vida, que es Única.

          A este Todo se le llamó Dios, porque fue el nombre que se eligió, sin otro significado o connotación de que serviría para saber que hablábamos de todo, que recordábamos que todo cuanto formábamos el Universo, estábamos incluidos en Él, en su Nombre, ese nombre que habíamos elegido para nuestra Hermandad.

          Hermandad que incluía: sólidos, líquidos, gases, energías, espíritus, deshechos putrefactos, floraciones, frutos, vida y muerte.

          No hay religión que no sea verdadera. No hay algo que no sea Dios. Pero no encontraremos un Dios que pueda ser como deseamos, como le definimos, como alguien nos dice, porque la Única Cara de Dios, es la que nosotros manifestamos, la que nosotros creamos y la que nosotros mostramos como individualidad.

          Soy Creyente, incluso en mis dudas. Soy Creyente a pesar de no tener Dios. Soy Creyente, porque a pesar de todo, creo en Ser y que Todo es lo que yo veo, lo que yo creo con cuanto me rodea, porque eso es la manifestación de lo que soy, mi Ser.



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