No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

jueves, 26 de noviembre de 2020

EL MEDITAR DEL YO

           Al meditar confiamos encontrar: La paz, la tranquilidad, silenciar la mente, escuchar el silencio, la Iluminación, el Nirvana, la unión con el Todo o Dios, nuestro Ser, lo que somos, …, sería interminable escribir lo que buscamos, siendo diferente en cada uno que medita.

          Nos sentamos, escuchamos los ruidos alrededor, no molestándonos aquellos que producen personas amadas o que deseamos amar.

          Un día llega, en que dejamos de oír conscientemente los sonidos, que dejaron de ser ruido. Creemos que finalmente hemos escuchado el Silencio.

          Nos sentamos otras veces, con el propósito de silenciar la mente que nos perturba y controla, la que nos lleva a donde no queremos ir, la que nos enseña a hacer lo que no consideramos bueno o correcto.

          Un día dejamos de oírla, estamos convencidos de que finalmente la hemos silenciado. Comenzamos a manifestarnos diferentes, porque finalmente hemos controlado esa mente incontrolada, autoritaria y salvaje.

          Finalmente sentimos paz, nos sentimos tan seguros que incluso nos parece experimentar la unión con cuanto nos rodea. Hemos perdido los miedos a confiar en los demás, al confiar en que somos nosotros los que controlamos nuestra vida.

          A veces conseguimos ser el observador, percibiendo el fluir de cuanto sucede, sin que nos afecte o intervengamos en su fluir. Sólo permanecemos en paz, observando, fluyendo con los acontecimientos y condiciones, dejando de discriminar.

          Pero es el yo que nos observa, no importa qué yo sea el que percibe el sonido o el silencio, la ignorancia o la Iluminación, el ruido de la mente o su silencio, porque indudablemente es el yo que percibe la otra parte de nuestro Ser.

          No hay sonido, ruido, silencio, iluminación, ignorancia, sonido de la mente o su silencio, cuando el yo es trascendido realmente, cuando queda el Yo, ese que no sabe que algo exista, que no ha pronunciado palabra o sonido alguno en su existir, que en su profunda ignorancia, no sabe ni tan siquiera que tiene existencia, sólo puede Ser, sin tan siquiera saber que está siendo o qué está siendo.

          Hay que dedicar cuanto somos a meditar, muchas veces tratando de callar la mente, o escuchar el silencio, a veces buscar la Iluminación, pero nunca podremos eliminar sus opuestos.



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