Pero un Vacío, donde hay nada
solamente, obviamente estaría lleno de vacío.
Dice
el Sutra del Corazón: Sariputra todas las existencias tienen el aspecto de ku
(Vacío). Son sin nacimiento ni extinción, ni puras ni impuras, ni aumentan ni
disminuyen.
Así en ku no hay ni forma, ni sensación, ni percepción,
ni formación mental, ni consciencia; ni ojo, ni oído, ni nariz, ni lengua, ni
cuerpo, ni consciencia.
No hay color, ni sonido, ni olfato, ni gusto, ni tacto,
ni pensamiento.
En ku no existe dominio de los sentidos. No hay
ignorancia, ni cese de la ignorancia, ni ilusión, ni cese de la ilusión no hay
degeneración y muerte, ni cese de la degeneración y de la muerte. No hay
sufrimiento, ni causa, ni cese, ni sendero. No hay sabiduría ni obtención, ni no-obtención.
No hay nada que aparezca o
desaparezca, solamente nos habla de que no existe la discriminación, ni un ego
que la pueda practicar.
Es Ku, no desaparecen las estrellas,
no es destruido lo negativo, no dejamos de estar. Tampoco podemos decir que
estemos o que exista algo.
Hablamos de conciencia y nos parece
imposible que exista algo, sin que seamos conscientes de ello. Incluso
necesitando evolucionar o crear aparatos que nos permitan percibirlo.
Es ese mirar del yo, que nos lleva a
pensar que en los Conceptos, no puede existir el Amor, si algo no es amado o
ama. Que no puede existir la Conciencia o la Consciencia, que no sea consciente
de su propio Ser o existir, o de percibir y ser consciente de cuanto hay
alrededor o siendo Ella misma. Que Dios no puede existir sin tener Consciencia
de Su Creación, de su Manifestación.
Es algo que sólo puede Ser, cuando no hay
existencia del nombre, del verbo, del sujeto, del complemento o del objeto.
Es cuando entramos en el mundo de los
Conceptos, mirados tratando en lo posible de olvidar al pensador, al que mira,
al que percibe. Es la Abstracción de una existencia Siendo Vacío.
A veces leer es fácil, otras, es
difícil, pero nadie puede plasmar el sabor de vivir, sólo puede recordarnos que
nosotros también podemos sentirlo, porque es nuestro entendimiento, nuestra
entrega, nuestra determinación la que nos permitirá Vivir, sin necesitar que un
yo nos diga que estamos viviendo, que hay algo viviendo fuera de nosotros o
incluso dentro.
Al final existimos siendo un yo, que
decide qué percibimos al vivir, al existir, pensando que Dios, el Amor, la
Vida, la Consciencia, no podrían realmente existir o manifestarse, sin un yo
que les diga que están viviendo y cómo es su existencia.
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