Son innumerables las frases que
enumeran, lo que debe hacer y las condiciones, que alguien debe cumplir para
ser nuestro amigo.
Pero al final buscamos tan afuera, que
nos perdemos en lugares desconocidos, al no tener en cuenta los Conceptos que
mapean el lugar.
Amigo es: el hermano de diferente
madre, alguien a quien amamos y nos entregamos, esa persona que siempre ocupa
el lugar donde estamos, porque no puede ausentarse de nuestra vida.
Pero buscamos que alguien, nos ponga
en su vida, que podamos ignorar nuestra falta de aceptar amigos, aceptándonos como
amigo suyo.
Para ello olvidamos lo que somos,
nuestra responsabilidad para satisfacer a los demás, para darles o comprar el
que acepten que seamos sus clientes amigos.
Ello conlleva que la felicidad nos
llega, sólo cuando estando con esas personas, olvidamos estar con nosotros,
alguien a quien no consideramos amigo, ni nos consideramos amigos.
En cambio, hay un cuerpo, sin el que
no seriamos reconocidos, sin el que no podríamos hacer nada en esta vida, sin
el cual no podríamos sentir que vivimos, un cuerpo que es sólo un montón de
carne, huesos y fluidos que no sufriría por estar enfermo, cansado o por no
tener deseos. No puede comer, no puede ver, no puede saber que está vivo, si no
fuese por nosotros, que lo ocupamos.
Una mente, pensando continuamente,
pensamientos deshilvanados, sin dirección, esperando que nosotros podamos
enseñarla a dirigir los pensamientos en una dirección que nos lleve a nosotros
al cielo en la Tierra, a la felicidad, al conocimiento, a la Sabiduría.
Unas emociones, que son como fuego en
el que se consumen siendo el combustible, esperando que nosotros las dirijamos
hacia nosotros mismos u otras formas de Vida.
Todos ellos, son los que nos acompañan
continuamente, y nosotros usamos para encontrar el que alguien nos acepte como
amigos y no sentir la soledad de estar con nosotros mismos.
Pero usar a otros para no sentir
nuestra soledad, no es de amigos. Comprar a alguien para que nos acepte, tampoco
es de amigos. Mostrarnos como les gusta a otros, para que nos permitan
acompañarlos, tampoco es de amigos.
El desprecio, las acusaciones, a
nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestras emociones, que son nuestra
responsabilidad, tampoco es de ser buenos amigos.
Y es que hay un amigo que siempre nos
acompañará, en los buenos y malos momentos, en la enfermedad y la salud, en la
necesidad y la abundancia, con compañías indeseadas o con las deseadas, y
podríamos enumerar que en cualquier: tiempo y circunstancia o condición, que
somos nosotros mismos.
Nunca encontraremos un amigo mejor que
nosotros, porque si no lo somos, tendremos que vendernos o comprar la amistad
de los demás.
Estando a gusto con nosotros mismos,
podremos ayudar a los demás a sentirse a gusto en nuestra compañía, por poco
deseada que sea la suya.
Nadie podrá acercarnos tanto a lo que
somos, como nosotros mismos, y es que la frase de: Ama al prójimo como a ti
mismo, nos recuerda que si tenemos la amistad o el Amor en nosotros, al incluir
a los demás, dejarán de ser prójimo.
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