Hay muchos métodos y escuelas de desarrollo personal.
La más común, la seguida por la
mayoría es la de vivir.
Pero al igual que usamos las otras escuelas,
usamos el vivir: Conseguir algo, concreto, inconcreto, deseado, necesario o por
cualquier tipo de creencia.
Pero es casi imposible alcanzar lo que
deseamos, porque el resto de la Vida, quiere otro resultado que tiene que ver
con el deseo de cada individualidad.
Cuando practicamos correctamente, no
hay desarrollo personal en el vivir, o en nuestra práctica.
La práctica y el fin, la meta y el
camino, es vivir, manifestar la Vida que somos correctamente.
Es el deseo el que nos frustra, el que
impide que alcancemos lo que deseamos, porque nunca se podrá tener más de lo
que tenemos ahora. Nunca seremos más de lo que somos ahora.
Cuando deseamos un fin o meta al
vivir, todo lo que nos da la Vida es ignorado, nos parecen inconvenientes y
engaños.
Cualquier dedo que señale fuera de la
meta que deseamos, nos parece un engaño, una crítica, que nos impide ver hacía
dónde indica el dedo, la palabra, lo escrito.
Y es que cuando tenemos un lugar donde
ir, cuando tenemos una meta que alcanzar, la mayoría de las veces perdemos
vivir en los lugares que hemos estado, dejamos de existir en el aquí que deberíamos
vivir, para trasladarnos al aquí que todavía no ha alcanzado su realidad, que
sólo es un deseo de alguien que no ve o vive el aquí y ahora que le corresponde
para vivir correctamente.
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