El día y la noche, lo bueno y lo malo,
alto y bajo, vivo y muerto, feliz e infeliz, cada cosa se define no sólo por sí
misma, sino que necesita de la definición o contraste de su opuesto para ser
conocida realmente.
Lo simple es el Yin y el Yang, donde una
mitad está siendo la opuesta de otra, cuando se trata de una misma cosa o
individualidad.
A lo largo de nuestra existencia en la
Tierra, lo hemos sabido y comprendido, a nivel mental. Pero ni somos capaces de
vivirlo a nivel emocional, ni aceptarlo en nuestro vivir diario o social.
Nuestro esfuerzo por hacer desaparecer
una mitad, por medio de su destrucción. El no aceptar la mitad negativa de la
Vida, ni tan siquiera que ser la mitad negativa, no lo es por su propia
naturaleza, sino al ser comparada, con la mitad que nosotros establecemos como
positiva.
Por lo que al destruir la mitad no
deseada o querer crear una existencia, en la que sólo aceptamos una mitad, lo
que realmente hacemos es impedir la existencia de la mitad, a la que en su
búsqueda hemos dedicado nuestra vida.
Hablamos del Espíritu, de la Verdad,
de la Felicidad, del Amor, de la Realidad, como lo opuesto a la Materia, la
Mentira, el Sufrimiento, la falta de Humanidad, o el Sueño.
Pero no es el hablar lo que destruye e
imposibilita nuestro vivir, siendo manifestación de la Vida Única, sino el
deseo de eliminar o ignorar al menos la mitad que creemos que no forma parte de
nuestra Naturaleza como Hijos de Dios o de la Vida.
Cuando no se trata de destruir, hacer
desaparecer o ignorar una de las mitades, sino crear la Armonía de ambas
mitades, que es cuando se manifiestan como un Todo, cuando el Cielo y la
Tierra, se unen en un solo vivir, en una sola manifestación del Universo.
Es el respeto y amor por la materia,
lo que crea el Cielo donde la materia se transmuta en Espíritu.
Es cuando los Principios, el Respeto,
la Dignidad y la Humanidad, es manifestada en nuestro vivir, cuando se
manifiesta y nace el Amor.
No es abandonar la Tierra, lo que nos
llevará al Cielo. Es crear con nuestro vivir el Cielo en la Tierra, lo que
permitirá que ambos se unan en un solo Vivir de la Vida.
Creemos que hay algo o alguien que nos
llevará a esos lugares y Universos en un futuro, pero somos nosotros los que
debemos crear ahora esos lugares, para poder existir en ellos en cualquier
ahora del futuro de la Eternidad.
Porque es cuando la Materia se
manifiesta espiritualmente, cuando nace el Espíritu. Y es cuando el Espíritu se
manifiesta y vive en la Tierra, cuando nace la Materia.
Las mitades nunca se han separado. Las
mitades siguen siendo una sola Individualidad llamada Todo por nosotros, y es
innombrable para quien retorna al hogar.
Pero no tratemos de ignorar nuestra
materia, porque es la que caminará, hasta ser Espíritu.
Pero no creamos que no hay posibilidad
de llegar a donde siempre ha permanecido, creando un mundo de separaciones, de
fronteras infranqueables o mitades opuestas y separadas, que sólo harán que
sigamos buscando lo que siempre hemos sido.
Alguien escribía de poner una cara
sobre la cara, en Japón se ponen los dos puños en la nariz, indicando que es
innecesario poner una nariz, donde ya la tenemos.
Buscamos la Felicidad, el Amor y la
Humanidad, que afortunadamente nunca encontraremos, porque es lo que somos en
una de nuestras mitades, sólo hay que armonizarla y crear un Todo con la otra
que rechazamos y tratamos de destruir.
Hay dos maneras de crear el Cielo, una
es en un lugar Vacío, que no esté ocupado por otra manifestación de Vida. Otra
es en el Infierno, para lo que sólo hay que llenarlo de Amor.
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