Shakyamuni sin embargo, dice que el
sufrimiento en nuestro vivir, procede de la ignorancia. Que no tiene que ver
con estudios o conocimiento, sino con la percepción equivocada de la Vida.
Confucio dice también, que: Cuando el dedo
del sabio señala a la Luna, el necio mira el dedo. Obviamente, la frase parece
indicar que habría que ver la Luna, que sería la misma equivocación y muestra
de ignorancia. Podríamos entonces llegar a la conclusión, que deberíamos mirar
al sabio, lo que nos sumiría en la Ignorancia, imposibilitando ver la Luna
Llena.
Ver y no ver, no son opuestos, la
muestra está en que por muy bien y muchas cosas que vean los ojos, les está
prohibido por la Ley Universal, verse a sí mismos. Pero pueden verse en el Ver.
El Maestro Zen Gutei, ante cualquier
pregunta levantaba el dedo, imperturbable y sin decir una sola palabra. Fue
toda la Verdad, que enseñó durante su vivir entre los discípulos.
Todos ellos recordándonos que la
puerta que llevamos que nos impide encontrar el Zen, es nuestra propia
Ignorancia.
El Maestro señala directamente hacia
ella, con todo su Ser, no con su dedo o sus palabras. Porque la responsabilidad
y necesidad de ver, está en nosotros. Porque nadie puede ver lo mismo, porque
nadie puede entender lo mismo, porque al explicar la Luna, todos somos una Luna
Única, que no le sirve a nadie más.
El dedo del Maestro, son sus palabras,
sus manos, su dormir, su vivir, su ignorancia, su conocimiento, todo Él señala
constante y continuamente la Luna Llena.
Cuando el discípulo, ve que el dedo es
o está: demasiado o poco grande o pequeño, si las uñas están demasiado o poco
pintadas, largas, coloridas, sucias o limpias, cuando piensa que lo tiene
demasiado o poco torcido o recto y es lo que le confunde para ver lo que le
señala el Maestro.
El Maestro acepta, que la puerta que
carga el discípulo, impedirá que vea la Luna Llena, que debería ver: En el
dedo, en el Maestro, cuando están equivocados.
El Maestro ha podido o no ver la Luna
Llena, pero sí escuchó a su Maestro. Algo que hace imposible verla.
Pero el discípulo que ve por sí mismo,
el que sólo encuentra razones y excusas para no ver lo que señala el Maestro,
no podrá nunca verla, por muchos días de Luna Llena que pase mirándola.
En Zen la Luna Llena es la Mente Pura,
que si la vemos cuando nos es señalada por el dedo del Maestro, nos será velada
por nuestra Ignorancia.
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