Estas palabras definen los opuestos en
los diferentes Universos en los que reina la dualidad.
Uno es poseedor del ave, por lo que
puede cazarla, castigarla, comerla o decidir sobre ella, siendo el rey, el
dios, el dueño del Universo en el que se manifiesta.
El otro acepta, ser el responsable de
cuanto se manifiesta, de proteger y aceptar la Libertad de vivir y existir, de
cuanta forma se manifieste en el Universo dual en el que se manifieste, sin ser
dueño, rey o poseer algo más que la responsabilidad de la Manifestación y
Libertad de lo manifestado.
Uno ha descubierto su inteligencia, su
capacidad de dominar el entorno, el otro ha encontrado la Naturaleza de Buda,
desde donde no habiendo yo o discriminación, es la responsabilidad siendo Todo,
lo que puede encontrar.
Cuando Jesús, acepta ser el Hijo del
Hombre, cuando acepta o descubre en sí mismo el Espíritu Crístico, sacrifica su
yo, su cuerpo su dualidad, por los pecados del hombre. Aceptando al igual que
Shakyamuni la responsabilidad, de cuanto se manifiesta en el Universo dual
donde se encuentra manifestado.
Devadatta y Shakyamuni, pronuncian las
mismas palabras, adjudicándose la posesión del ave, pero no son las palabras
sino el entendimiento que tenemos de ellas, y el resultado o acción que
promueve ese entendimiento, lo que es importante.
Porque incluso con las mismas
acciones, lo que manifestamos es el ego o la unidad, dependiendo del
entendimiento e intencionalidad, al realizar o pronunciar las palabras, está
uno u otro entendimiento o uno de los dos opuestos que se manifiestan en la
dualidad, del Universo donde nos estamos manifestando en un ahora.
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