Realmente no hemos sabido entender o
usar, la Libertad que tenemos para servir y aprender del Universo que nos rodea
y del que somos parte, dentro del Uno.
En el Paraíso, nos enfrentamos a Dios
porque deseábamos tener su poder y en el uso de nuestra Libertad, comer lo que
quisiésemos, pues era nuestro derecho.
Independientemente de la realidad de
nuestro vivir fuera del Paraíso, entendimos la convivencia con lo que ya había
fuera, como una lucha por la supremacía y el poder, en lugar de la paz y una
convivencia justa, en la que todos éramos alimento de los demás.
Nuestro entendimiento fue: el de matar
antes que morir, comer antes de ser comidos. Es el entendimiento que seguimos
teniendo incluso con la familia y nuestras propias decisiones, que tenemos que
competir para aumentar nuestra propia ambición y logros, de los que tenemos que
privar a los demás.
El hecho de que la Vida, sólo pueda
alimentarse de Sí misma, no significa gula o que podemos comer lo que deseemos,
pues el equilibrio Universal, hará que si alguien posee más de lo necesario,
alguien tenga menos de lo que necesita. Alimentarse con lo necesario,
respetando además la vida ajena, comiendo conscientemente, para no comer más de
lo que necesitamos y al mismo tiempo, proteger nuestra individualidad, sin
miedo, odio o rechazo a ser alimento de otra manifestación.
Los animales que pueden vivir cerca de
nosotros, conviven con nosotros realizando sus funciones y ayudando en esa
convivencia, no son juguetes o algo que nos hace sentir bien o que podemos
controlar o hacer negocio con ellos. Un zoo, donde los animales sean
respetados, no es un crimen, sólo no es correcto, cuando esos animales pueden
vivir realmente en libertad, algo que a veces nos engañamos, pues vivir
protegidos por nosotros, en una zona reservada para ellos, puede ser mejor que
un zoo, pero la mayoría de las veces les estamos negando su dignidad y perdemos
la nuestra.
La confrontación que usamos al vivir,
que incluso para hacer el bien y lo correcto, es peleando con el mal y lo que
piensan los demás. Es el origen de las guerras, el odio, la ambición y en
definitiva de nuestra insatisfacción con nosotros mismos y la sociedad que
hemos creado.
Cuando tenemos un solo riñón o pulmón,
el que queda, trabaja y alimenta ambos lados del cuerpo. Cuando perdemos un
brazo o ambos, es el otro el que trata de sustituir al que falta o incluso son
las piernas las que sustituyen a los brazos.
La Vida y el Universo no entienden de
Confrontación, sólo del equilibrio de lo manifestado, para lo que es necesario
la ayuda y el sacrifico, por encima de la confrontación.
Sólo hay un medio de destruir una mitad,
y es destruyendo la totalidad. En cualquier existencia, grande o pequeña, la
individualidad tiene que tener dos mitades para existir.
Las dos mitades son opuestas, no en
confrontación, sino en el espacio ocupado. Su posicionamiento no es fijo,
depende siempre de la divisoria trazada marcando las mitades.
Y una Individualidad,
independientemente de cuál, muestra el equilibrio entre ambas mitades que
siendo Infinitas, nunca son separables en esa individualidad o incluso
distinguibles o percibidas en el Uno.
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