Nuestro sueño ha sido durante siglos,
desterrar y destruir el Mal, para que sólo existiera el Bien.
Pero cuando se entrena y se realizan
grandes esfuerzos por seguir existiendo, mirando a nuestro alrededor vemos que
lo que hemos hecho es fortalecer el Mal y apenas hemos sido capaces de recordar
el Bien, al no alimentarlo correctamente, se ha debilitado y apenas podemos
mostrarlo en nuestro vivir.
Todavía no hemos comprendido, que no
podemos quitar una de las mitades, pues el resultado es que no puede haber
equilibrio, y aunque no lo creamos, desaparecería la Libertad.
La Vida, nos ofrece dos herramientas
para crear el Universo y la sociedad con la convivencia que deseamos. Esa
responsabilidad de qué herramienta usamos y qué hacemos con lo que hay, desgraciadamente
es la vida que creamos para vivir.
Hemos puesto nuestras vidas, en una
sola herramienta: El Bien, el gobierno, Dios, el rey, los poderosos, y hemos
ignorado nuestras responsabilidades, confiando en que los fuertes y poderosos,
harían la sociedad que soñamos todos.
Si miramos alrededor, hay una mitad
destruyendo y otra tratando de reparar y corregir, los destrozos, abusos y
violaciones que inundan nuestra sociedad.
Porque no se trata de arreglar
errores, destrucción o indignidad en nuestro vivir y falta de humanidad. Los
errores, no son cometidos desde la ambición, la envidia o el rencor, los
errores es equivocarnos y aprender lo correcto desde ellos.
No vivir en el error, porque hay quien
tratará de corregirlo, o simplemente porque por falta de interés y
responsabilidad, repetimos los mismos errores a lo largo de nuestras vidas.
Aunque cueste que podamos aceptarlo,
la realidad es que no existe el Bien o el Mal, en la Vida. Somos nosotros los
que lo creamos al usar nuestra libertad, eligiendo lo que hacemos, por qué lo
hacemos y cómo lo hacemos.
La Vida solamente tiene las dos
mitades opuestas, que permiten que podamos elegir y manifestar nuestra
libertad.
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