No pretendo molestaros

Al parecer, algunas personas se sienten ofendidas porque no las agrego a mi foro. No tengo, ni pertenezco a ninguno, simplemente escribo y lo publico en abierto, para que libremente pueda ser leído o comentado por las personas que lo deseen. Suelo comentar las páginas que me lo permiten y les parezca bien, de las personas que me añaden a su foro. Suele ser lo que siento al ver lo que han publicado, intentando dar una visión diferente, desde la que ha sido escrito. Lo que os agradezco.

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Yui Shin

sábado, 22 de febrero de 2014

EL DINERO

          Es impresionante, la evolución que hemos tenido desde que aparecimos en la tierra.
En alguna parte de nuestra memoria, están esos tiempos en los que no sabíamos hablar, compartíamos todo como los animales, no poseíamos nada, errando vagabundos por toda la Tierra, sin país y sin tierra, comiendo de lo que la tierra nos proveía. Expuestos a comer cosas que nos podían envenenar y arriesgando nuestras vidas para cazar algo de carne, y compartirlo entre todos, incluso con los grupos que nos encontrásemos en nuestro vagar.
          Afortunadamente fuimos evolucionando, al ver que otros habían comido anteriormente de las plantas del lugar donde habíamos llegado, que había muchas y una cueva donde guarecernos, nos quedamos a vivir sedentariamente en el lugar. Teníamos comida de las plantas, caza del bosque, agua del río y una cueva estupenda.
          Finalmente, tuvimos que echar a unos grupos que pretendían comerse nuestros alimentos, y a los que eran demasiado débiles para cazar y traer comida, los echamos de la cueva. Los muy ignorantes, se hicieron cuevas con troncos caídos y piedras, lo cual nos hizo reírnos mucho, al verlas tan ridículas y pequeñas. Un día, uno de los que más cazaba, al pasar por una de ellas entró y le gustaron las vistas y lo cerca que estaba del agua.
          Se quedó a vivir en ella y como le pareció pequeña, le dijo al inútil, que la hiciera más grande y que se hiciera otra pequeña para él.
          Poco a poco los grandes y poderosos cazadores, se fueron a vivir a las cuevas construidas por los parias y debido a su dedicación a la caza, les dijeron que las hicieran más grandes, pues ellos estaban acostumbrados a vivir en los grandes espacios de las cuevas naturales.
          Aprendimos a criar las plantas que nos gustaban y sabíamos que no nos enfermarían, para lo cual, solamente tuvimos que cortar el bosque, para construir las cuevas más grandes o quemarlo, para sembrar el sitio liberado.
          Cansados de ir a cazar y los peligros que había en ello, comenzamos a criar animales cerca de donde vivíamos y matamos a los que no nos gustaban o eran peligrosos.
          Al observar que algunos éramos los que más aportábamos al grupo, exigimos tener beneficios por ello, finalmente tuvimos que quedarnos con lo que cazábamos o cultivábamos, y si alguien quería algo, se lo cambiábamos por lo que tuviese y nos interesase. Pronto, nos dimos cuenta de que si éramos fuertes, podíamos quedarnos con lo que traían y no darles nada o darles lo que quisiésemos.
          Con el tiempo, al ser menos los fuertes, y quedarnos siempre con lo que nos apetecía, nos dimos cuenta de que el espacio para guardarlo todo, era demasiado. Con lo que se nos ocurrió una idea, que con el tiempo se llamó el invento del dinero.
          Como para conseguir el poder, alguien tenía que hacer lo que necesitábamos, nos dedicamos a pelear con los vecinos más débiles y obligarles a hacer cuanto nos apetecía. Les prohibíamos entrar en lo que decíamos era nuestro y nos quedábamos con todo lo que tenían. Con el tiempo, se le llamó esclavitud y por un periodo largo de tiempo fue divertido y el mejor método para ser rico y poderoso.
          Al final, las guerras eran caras, los vasallos eran cada día menos obedientes y fuertes, debido a que no se nutrían bien en los periodos de paz, según ellos porque no les dejábamos suficiente. Por lo que había que pedir mucho dinero prestado, ante la imposibilidad de eliminar a todos los prestamistas, puesto que era necesario su dinero para las guerras y fiestas, hicimos un nuevo avance para la humanidad.
          Quitamos la esclavitud, les dimos a los ciudadanos suficiente para llegar a fin de mes, y creamos los bancos, para guardar el dinero de los pobres y mantenerlo seguro. Así sin necesidad de usar nuestros bienes, podíamos: hacer guerras, fiestas, vivir como quisiésemos y lo único que teníamos que hacer era mantener la pobreza y la necesidad y dependencia del pueblo.
          Les hemos creado una vida de libertad, en la que solamente: tienen que hacer lo que se les dice, pensar lo que se les permite, hacer lo que necesitamos y no molestar. Nunca se le debe complicar la vida al pueblo haciéndole pensar.
          Para evitar equívocos, se ha creado el sistema de enseñanza que les enseña la verdad, la realidad:
“Hace mucho tiempo nació un mito sobre un ser llamado Ser Humano, al conjunto de estos seres mitológicos se le llamó humanidad. El mito fue causado por un error al escribir la palabra, especialmente en español.
La palabra original estaba compuesta por “un” y “manidad”, cuya traducción correcta es: “una sola mano”, puede ser la derecha o la izquierda, por lo que al final solamente puede quedar una.
Todo aquel que siga creyendo en seres humanos, la posibilidad de usar ambas manos, o que usando las dos se trabaja mejor, será castigado a tocar el violín o como se dice coloquialmente, será “violado” (palabra derivada de violín) en sus derechos, por el centro.
Pensar que una vez fuimos seres sin progreso, ni progresismo, que usábamos las dos manos y pies, que éramos vagabundos sin posesiones en la tierra, que no teníamos país al que pertenecer, que solamente nos alimentábamos de lo que la tierra nos ofrecía y lo compartíamos con todos, que solamente nos podíamos comunicar por medio de la solidaridad y el amor, porque no sabíamos hablar, que los fuertes se dedicaban a proteger al débil y que la tierra era un lugar inhóspito lleno de árboles, animales y peces.

Afortunadamente hemos evolucionado, somos gentes libres, en una tierra sin árboles, animales peligrosos, ni peces. Todo ello gracias a nuestros bienamados, poderosos y magníficos poderes: económico, político, cultural y social, que nos dicen lo que tenemos que pensar, creer y hacer, para permitirnos llegar a fin de mes.



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