Apenas como un esbozo en la
memoria, quedan aquellos días en los que desde mi “trona” o taca-taca,
intentaba explicar a los estudiosos, los sabios y los eruditos, lo que la Vida
era para mí. La simpleza de mi lenguaje tan solo un balbuceo, hacía necesaria
la traducción de mi madre, siempre pendiente de que el futuro no me alcanzara. Perdida
en seguir mi vida, olvidó dónde estaba la suya.
La vida, no
se si ha transcurrido apenas sin darme cuenta, de nuevo, el idioma, la expresión
perdida, he recordado. De nuevo un balbuceo surge, explicando lo que de la vida
no había olvidado. Todos aquellos que escuchan, comprender la vida que les
digo, no han alcanzado. De nuevo, es el amor que entiende el balbuceo de los
sueños, mi amada compañera, la que a traducir he obligado. De nuevo alguien
viviendo mi vida, queriendo olvidar el pasado, vida vivida entre dos balbuceos,
que entender no han logrado.
Grandes olas
baten en las rocas, desapareciendo en el océano. Olas que se diluyen en un beso,
susurrando en la playa. Olas que crecen y crecen, por la profundidad de sus
valles.
¿Cuántas olas
surcan el mar?, si todas ellas mueren. Creciendo por un flanco, desmoronándose
por el otro, luchando con los barcos, batiendo las rocas, besando las playas. Loca
carrera del viento que mueve las olas, que crean viento.
¿Será acaso
el mar una sola ola? Que corre presurosa a besar la playa, para morir en la
arena. O, será el agua que besando la arena, se va al mar, para aprender a ser
ola.
Es el
problema de ver la vida del ayer, soñar con lo que devendrá en un ahora, viviendo
para entender al tiempo, que transcurre en el ahora. Nos enseñan que la vida es
solamente ahora, que el pasado ha muerto, que el futuro no llega, hasta ser
ahora. Buscando saber lo que somos, olvidar lo que fuimos, solamente vivir,
siendo lo que somos, ¡ahora!.
Pero ahora,
como reciénnacidos, solamente balbuceamos la vida. Muriendo para ser futuro, en
un balbuceo, se nos va la vida ahora.
Sumidos en
estudios, explicaciones, análisis, comprensiones, queriendo saber lo que somos,
no lo que fuimos, ni lo que seremos. Poder ser lo que somos, sin el peso del
pasado, ni el de los sueños, solamente viviendo en el lugar de Buda en el Aquí
y ahora.
¿Cómo vivir
en un ahora sin pasado?, ¿Cómo vivir en un ahora sin sueños?, cómo entender,
que la vida es solamente, de entre dos balbuceos el tiempo.
Pretendiendo entender
lo que es el Aquí y Ahora de Buda, que la Vida es solo impermanencia, que vivir
en la ignorancia de la dualidad es sufrimiento. Olvidamos, que todo a nuestro
alrededor está recién nacido, y solamente puede balbucear las explicaciones de
la Vida, a la que acaba de expresar. Que todo cuanto existe a nuestro alrededor
está muriendo justo ahora, que el peso de los recuerdos, solamente le permite
balbucear la Vida, del lugar que ocupa a los que lo van a ocupar.
En nuestra Vida hemos vivido, este conflicto;
lo hemos visto en millones de ocasiones a nuestro alrededor, todo lo nuevo y lo
viejo, explican la Vida en un balbuceo, que solamente puede ser traducido, hecho
comprensible: “Por el Amor”, de una Madre, de quien no te abandona, de quien
nunca dice adiós.
En el Ahora somos, todo lo que ha sido.
No es el pasado, es lo que todo el pasado “Es” ahora. En un Ahora que somos
todo lo que será, lo que construyamos, lo que creemos, en nuestro libre albedrío,
en nuestra responsabilidad.
En el Aquí y Ahora no existe el tiempo,
solo la Eternidad, sus orillas son el Pasado y el Futuro, donde no existe
pasado, ni futuro, y tampoco eternidad. Solamente Aquí y Ahora, la Eterna Vida balbuceante, que solamente el Amor traducirá.
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