HÍGADO.- En la M.T.C.
es el órgano junto con la vesícula biliar que almacenan y filtran la ira. Es en
casi todas las filosofías uno de los grandes pecados, pero al menos en lo que
yo entiendo dentro de su actividad, no es la ira como sentimiento destructivo,
sino ese sentimiento que correctamente usado, puede proteger nuestra
individualidad.
Es también el gran
laboratorio del cuerpo, el que más contribuye a que podamos seguir viviendo, el
que permite que algo extraño que seria atacado y expulsado o destruido por
nuestras defensas, pueda ser aceptado, por ejemplo la comida. Esta capacidad de
aceptar la alimentación desde lo que sería considerado invasor, es lo que nos
permite la convivencia. Pero la capacidad de filtrar y almacenar ira, también
permite que nunca sea consentida una invasión.
Como dice Buda, no
es lo que hacemos, ni lo que pensamos, ni la polaridad de los sentimientos, lo
que impide ser felices, lo que verdaderamente nos impide ser felices es su uso
incorrecto. Es lo que nos indica en el Camino Óctuple, usado y manifestado
correctamente, todo puede llevarnos a la felicidad. Pero el uso incorrecto nos lleva a la autodestrucción.
El hígado
depura y metaboliza las energías extraídas de los alimentos que
transporta la sangre, permitiendo así la correcta absorción y asimilación de
las sustancias nutritivas del torrente sanguíneo, absorbe y almacena grasas y
proteínas, ayuda a mantener el nivel de azúcar en la sangre, neutraliza aquello
que es nocivo y los venenos que acceden al aparato digestivo, y es de gran
importancia en el sistema inmunitario. Originalmente en el desarrollo de la
vida el hígado podría ser el segundo cerebro, pues es el que comienza a
diferenciar la dualidad de las cosas como beneficiosa o perniciosas para la
individualidad de la que forma parte. A nivel psicológico es el que hace
la valoración y depuración de nuestras vivencias, filtrando, procesando y
neutralizando aquellas que sean nocivas o inadecuadas, y a llevar a la sangre
(nuestro canal emocional) las que son beneficiosas y adecuadas a nuestro
desarrollo. Por lo cual filtra y contrarresta para transformarlo en
beneficioso: las iras, resentimientos, rabia, odio, envidia, privación de
libertad, celos, frustración, etc... Teniendo que ver mucho con la agresividad,
entendiendo por agresividad la autoprotección o defensa de la existencia de la
individualidad. La retención o acumulación de esta agresividad se puede
manifestar como ira o violencia.
Los
problemas de hígado suelen indicar una ingestión excesiva a nivel físico,
emocional o mental de alimentos, razón por la cual congestionamos su función,
impidiendo así la posibilidad de poder asimilarlos adecuadamente, debido a
haber sobrepasado nuestra capacidad de asimilación. Cuando la acumulación se
mantiene durante mucho tiempo, especialmente la ira, puede solidificarse dando
origen a los cálculos biliares. Por ser el órgano relacionado con la limpieza
de toxinas de la sangre, se relaciona con las conductas adictivas, ya que la
necesidad de ingerir toxinas reflejaría simplemente que nuestro organismo al ir
perdiendo las que tiene, siente o cree necesario recuperar el equilibrio que
conoce. Es la sustitución de las presentes en nuestros sentimientos y mente
como: odio, ira, frustración, rabia, incompetencia, rechazo de sí mismo, dolor,
avaricia, hambre de poder, etc. a nivel psíquico y mental por toxinas sólidas,
físicas o materiales. Con esta ingestión de toxinas externas eludimos y
aliviamos el reconocimiento, aceptación o resolución de las tensiones
producidas a nivel interno por las actitudes y emociones negativas.
En
la M.T.C. el hígado se relaciona con la ira hacia los demás o hacia nosotros
mismos, la cual absorbe de la sangre para usarla en su propio equilibrio y el
de otras emociones.
Vesícula
biliar: Con la bilis que almacena, permite principalmente la
descomposición de las grasas en sus elementos, para poder ser asimiladas por nuestro
organismo. A nivel psicológico se relaciona con el filtrado, uso
positivo y eliminación de los sentimientos y pensamientos de: ira, cólera,
amargura y coraje. Su buen funcionamiento, al permitir la expresión de nuestros
sentimientos, ayudaría a la excreción y disolución de las piedras. Al ser
liquida la bilis, indica la sensibilidad de la vesícula a las emociones.
Tradicionalmente
los cálculos de vesícula eran más frecuentes en las mujeres debido a que por
las costumbres sociales no podían desahogar su ira adecuadamente, y en el
hombre eran normales los cálculos de riñón al no poder manifestar sus miedos.
Esto es ahora diferente al cambiar las relaciones y costumbres sociales.
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