Como otros
de los escritos publicados últimamente, está escrito en el 2014, que es el año
que estoy cambiando desde formato de Word antiguo al moderno, fue en un 4 de abril,
aprovechando para corregir los errores al pasarlos de uno a otro, y los que
encuentro que cometí entonces.
Hace mucho
tiempo que Buda vino a vivir a la Tierra, viendo que era un buen sitio, decidió
ser Shakyamuni y vivir en un mundo de paz, belleza, exento de enfermedad y en
perfecta armonía.
Transcurrió
mucho, mucho tiempo y un día salió a ver cómo vivían las gentes. Se dio cuenta
de sus penas, sufrimientos, peleas, ambiciones, enfermedades del cuerpo y del
alma, y sintió una profunda pena por ellos. Dedicó un tiempo a alcanzar la paz
(algo innecesario para Él) a la vista de todos, para que viesen y aprendiesen
uno de los métodos por el cual se podía lograr. A continuación, se sentó
tranquilamente, cerró sus ojos y se convirtió en escultura y pintura, para
recuerdo de todos.
Siendo el
de la Gran Compasión, quizás podría simplemente, haber cambiado nuestras vidas
y cobijarnos en su palacio. Puede que eso nos hubiera dejado más satisfechos,
conseguir una vida estupenda sin ningún esfuerzo. Pero Él no puede sentir
compasión, Él, es Compasión. Sabe que antes de que termine la Eternidad,
habremos conseguido todo ello por nuestros propios medios, simplemente siendo
lo que somos, “Libertad, Vida”. Podría habernos salvado, nada más tenía que
quitarnos nuestra libertad y darnos una vida sin problemas, pero “en su
profundo Amor y Confianza en nosotros, ha permitido que podamos caminar, para
construir nuestro propio camino, nuestro propio método”. Él no ha podido vivir
tantas experiencias, por ello ha dejado que nosotros, su cuerpo, lo haga, todo
lo que nosotros aportemos, será el conocimiento de lo bueno y lo malo que
existirá en el Buda, Nosotros. Él solamente puede Ser el Bien y el Mal,
nosotros podemos vivirlo, porque Él es Vida, es Nosotros.
Cuando
Jesús vino, al igual que Buda, vio nuestros sufrimientos, causados por:
“Nuestros aferramientos a las cosas materiales y al poder, nuestras vidas
abrazando todo lo que nos causaba el sufrimiento y decidió ayudarnos”. Para
ello se clavó en la cruz que el hombre portaba, sujetando sus brazos (los de la
cruz), construida con sus: ambiciones, envidias, falta de amor, ambiciones y un
alma enferma, tratando de evitar que pudiera abrazarnos, o nosotros cayésemos
en ellos, nos dio tres oportunidades, al igual que Pedro no supimos
aprovecharlas, y por tres veces la oscuridad cayó sobre nosotros, alternándose
con la luz. Viendo que quisimos mejor cerrar los ojos para no vernos, ni verle,
de nuevo nos ofreció su ayuda para cuando quisiésemos pedírsela, prometiéndonos
estar siempre cerca. Lo que no pudo permitir fue que introduciendo la mano en
su costado, pudiésemos tocar su corazón. En la Vida solamente hay un corazón
que puedo tocar y es el Mío.
Siendo
Libertad nadie puede ayudarnos; siendo Vida no hay de qué salvarnos; siendo
Nada, nada pueden darnos; siendo Todo, el bien y el mal, es para hacernos el
Bien.
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