Veía y escuchaba ayer, un vídeo de un sacerdote, en él negaba la existencia de
Dios y hablaba, de los conocimientos que se ocultan para defender la Religión.
No
sé en qué lengua hablaba, ni pude entender lo que decía, por lo que solamente
puedo opinar desde la traducción.
Algunas personas creen en Dios desde la ignorancia.
Algunas
personas no creen en Dios desde la ignorancia.
No
importa cuánto tiempo hayamos estudiado, aprendido o creído o no creído en Él,
tampoco si le damos nombre o no. Cuando creemos en Dios desde la mente, desde
lo que nos han dicho, desde aquello que solamente vive en nuestros deseos o
miedos, no hay ninguna relación con Él, no hay cariño, menos aún amor. Es una
creencia que nace de la ignorancia, no importa, si por las mismas razones no
creemos en Él o creemos o no en la Ciencia. Cuando algo nace del simple
razonamiento y no hay ninguna vivencia, cuando no hay amor sino miedo a las
consecuencias de no creer o la responsabilidad de hacerlo, es ignorancia de la
realidad.
Tratamos de encontrar a un Dios que nos dé lo que deseamos, que arregle
nuestras vidas, que nos ofrezca felicidad en la eternidad, que cumpla y sea
como es definido en las religiones; que si un día le vemos o encontramos
podamos reconocerlo, porque es como nos han dicho; queremos amar a un Dios que
nos dé lo que nos han prometido las religiones, que esté por encima de la
ciencia, que nos explica cómo y qué son las cosas que contemplamos.
Al
igual que Judas, queremos un Dios beligerante que arregle las vidas que hemos
creado, con sus ejércitos de ángeles. Que nos libere no del imperio de Roma,
sino de nuestras acciones, de lo que hemos creado, que nos quite el libre
albedrío que destruye nuestra humanidad por la forma que lo usamos, que impida
nuestras acciones y las del Universo, que nos proteja de las consecuencias de
nuestras acciones.
Todos esos conceptos son los que definen a Dios, no porque Él nos lo haya
dicho, sino porque nosotros lo hemos y nos hemos definido de esta manera.
Mientras existan las partes, podremos negar o afirmarlo, pero el “yo",
tendrá que existir, por haber percepción de las partes.
Pero cuando existe el Todo, no puede ser percibido, entonces sin que haya
percepción, lo que existe es Dios.
Cuando existen las partes, hay percepciones de infinitud de cosas, pero eso no
destruye que siga existiendo el Todo, que en lo que percibimos lo veamos como
perteneciente a un Todo, y por tanto creamos en Dios. O lo percibamos como
cosas separadas que nacen y mueren, o que aparecen y desaparecen, y por tanto
no creamos en la existencia, de un Todo llamado Dios que nosotros hemos creado,
no pasa de pertenecer a la ignorancia de la Esencia, del Espíritu del concepto
Dios.
El Amor, la
Religión, Dios, existen en nosotros, no en nuestra afirmación o negación de
ellos, porque si no existen en lo que nosotros somos individual y
colectivamente, sólo serán producto de nuestra ignorancia.
Ellos como
conceptos, seguirán existiendo exactamente como son, inalterables, en la
Eternidad de la propia Vida, hasta que no los neguemos, ni afirmemos; hasta que
no los busquemos u olvidemos; hasta que no los pensemos, sintamos, vivenciemos
o nos sean enseñados. Tienen que vivir en nosotros, siendo lo que somos.
Entonces
Dios Existirá, aun no Existiendo.
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