Antes del comienzo cuando aún no había Dios, solo
Vacío, aquello que está por siempre, la Mente en potencia, no manifestada y sin
existencia, siendo lo único que había, sin el otro polo que la haga realidad.
Sin explicación, un pensamiento sale de ella, las
vibraciones producidas marcan un comienzo que debe llevar a un fin y comienza
la existencia, como consecuencia de este primer pensamiento, de estas
vibraciones puestas en un plano inferior, se genera todo lo que conocemos y
todos los planos de existencia desconocidos para nosotros, los universos y
comienza a formarse el circulo, el ciclo que debe llevar a todo hacia el final,
a la no-existencia, con el Vacío como única manifestación, sin conocimiento de
existencia, incluso de la propia.
Pero nada cambia este Vacío respecto a la idea del Dios
Padre, pues la parte que poseemos más común con esta Mente, generadora del
pensamiento en el que vivimos, nos hace conocedores de las consecuencias de
hasta los más tenues pensamientos que nuestra mente produce. Esto nos
proporcionará las penas y alegrías, dándonos el cielo o el infierno, como
consecuencia de nuestros actos en una vida y construyendo la base de la futura,
saliendo de este círculo por el plano alto (en forma de espíritu, en un grado
elevado de vibración), o hagámoslo por el plano bajo o disolución de planos, el
final será el Vacío. Solo estos largos periodos, en los cuales nuestros cuerpos
más etéreos pueden obtener el conocimiento, de las consecuencias reales de
nuestro hacer en el plano material de nuestra vida.
Y en ellos, vivir el cielo y el infierno, todo en uno,
obteniendo las experiencias que deben ayudarnos a romper este Karma, que nos
hace permanecer en este dar vueltas de reencarnaciones en la materia.
Una vez en el nuevo plano, todo seguirá dentro de unos
caminos semejantes, con reencarnaciones más largas, con diferentes
atribuciones, con un campo de experiencias más elevado, pero igual
relativamente a nuestras posibilidades. Donde nuestras fuerzas son mayores y lo
son también nuestras responsabilidades, al final está la integración con la
Nada, en una no-existencia de la Mente, que nos dio un origen y en la que
terminaremos alguna vez, completando un circulo y aguardando si alguna vez
volvemos a una nueva aventura, saliendo de nuevo de esta Mente, que en
existencia o sin ella, permanece y permanecerá.
SIDNEY o NUEVA
GUINEA (81 u 82)
LA VIDA
Un dar vueltas en una circunferencia que se rompe al final,
dándonos salida para la siguiente etapa. Según el lugar en el cual se sitúa
nuestro KARMA, puede ir hacia una nueva
circunferencia o a un nuevo sistema más amplio el círculo. En nuestra circunferencia personal hay el punto de
salida al círculo, el cual es el origen y final de una forma, es el lugar donde
hacia un lado es el positivo y al otro el negativo. El lugar sin medidas, donde
se encuentra el camino de salida hacia una nueva dimensión en la existencia.
Es la existencia total en el círculo, en el cual de nuevo nuestro KARMA nos dará el punto de
salida de nuestra nueva existencia.
Solo el resultado kármico que comprende el radio origen y final, nos dará salida
al nuevo grado de existencia que es la
esfera.
UNIVERSO
Es la existencia en la esfera donde el círculo de
salida nos debe llevar de nuestra esfera a la esfera cuadrimensional y de aquí a la meta.
META
Es al punto infinito, en el cual no hay principio ni fin,
un lugar en donde el todo es la nada, donde el vacío de esferas, círculos, y
circunferencias, nos da la no-vida,
donde el movimiento, el tiempo y el espacio no existen, en donde la salida es
el repliegue del TODO y la integración con ÉL.
Retornando al Origen de Ser Vida, donde no hay algo que tenga
Consciencia de vivir. La Esfera Infinito-dimensional. El Vacío.
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