Hace
bastante tiempo, me escribía una amiga de Colombia, que había llegado una
gentuza a la casa donde vivía con sus padres, les amenazaron con armas,
aconsejándoles o conminándoles a abandonarla inmediatamente si querían seguir
viviendo.
Por
lo que tuvieron que viajar a otra zona, para comenzar de nuevo. Sus padres eran
mayores y ella a consecuencia de una enfermedad estaba en cama o silla de
ruedas, teniendo dificultades para trabajar en muchas profesiones. No sé si
recibiría alguna pensión o ayuda, ni si era suficiente para un nuevo comienzo.
Pero es lo que había, por lo que me contaba y lo que leí, era algo más
corriente de lo que podemos pensar.
Esta,
es la gentuza que se aprovechó de pertenecer a las guerrillas o el miedo que
les tenía la gente, para apropiarse de lo que les daba la gana, amenazando y si
no era suficiente, asesinando a los que tenían lo que ellos deseaban.
Ahora
son políticos algunos de ellos, otros sus votantes, otros solamente pertenecen
a sus ambiciones y ayudarán a quien les permita con su silencio robar o les dé
lo que quieran.
Es
de suponer, que ahora todo eso se legalizará por parte de los poderes
democráticos, pues tratar de que se haga Justicia, podría crear conflictos o
huida de votos a los políticos-guerrilleros.
Pero es el
miedo del pueblo, nadie de los vecinos dijo nada, ningún vecino les defendió,
todos miraron a otro lado, dándole la bienvenida a los nuevos vecinos, que más
tarde probablemente les pidió a algunos de ellos, que regalasen o donasen su
casa para un amigo o conocido suyo. Porque supongo, que si era un familiar
simplemente les diría que esa casa era de su familiar.
Pero
bueno, tenemos la suerte de vivir lejos de Colombia, porque el extranjero
siempre es más grande que el país donde tenemos nuestra casa, el templo de
nuestro hogar. Pero Colombia es nuestro extranjero, nuestro país ese lugar
pequeñito donde hemos sufrido ese tipo de gentuza. Quién, si alguien de ETA
hubiese venido en los territorios que controlaban, le pide amablemente que se
vaya dejando la casa o su familia podría tener un accidente con una bala, iría
a las fuerzas de seguridad, teniendo que demostrar lo que había no-sucedido.
Afortunadamente
nuestra sociedad vive en una Demos Gracias, en donde rezamos para que el Señor
nos pille confesados.
Cuando
hablo con las gentes del pueblo, o de los pueblos de los alrededores, lo que me
cuentan es, que les quitaron tierras que no debían en una Concentración
Agraria, que en ella a un vecino le legalizaron lo que le había robado, que hay
unas tierras que ara un vecino a pesar que son suyas, que cuando murieron los
padres al no vivir nadie en la casa, un vecino le robó parte de la parcela, que
esto pasa en todos o la mayoría de los pueblos que ellos conocen, …..,.
Cómo
es posible que tengas que abandonar tu hogar, tu tierra porque piensas
diferente, si respetas a los demás, porque los demás no te respetan a ti.
Cómo
vivir en lugares donde nos amenazan las armas de los vecinos, de los que pasan
a nuestro alrededor, porque no se fían de nosotros, ni nosotros confiamos en
ellos, cuando nos falta el respeto por los demás.
Cómo
vivir cuando el vecino nos invade para robarnos parte de nuestra tierra,
matando a quien no se deja robar, matando al pueblo que trata de defender su
Dignidad y la de su hogar.
Cómo
convivir en lugares donde violan a los indefensos, donde se asesina a alguien
por quitarle si tiene algo, después de asesinarle.
Cómo
convivir, si apenas podemos salir de casa, porque si entra alguien a la fuerza,
hemos perdido nuestro hogar, desamparados de la Ley y la Justicia, porque son
los que abusan y violan, los que son protegidos.
El
Pueblo, paga millones de funcionarios Públicos, fuerzas de seguridad,
Políticos, Gobiernos, para no poder vivir con seguridad, porque unos y otros
carecemos de la Dignidad necesaria para respetarnos a nosotros mismos en
nuestra humanidad y respetar a los demás.
Al
final la solución es la de: “Bajarse los pantalones o subirse la falda”, porque
te va a joder, alguien que usa la fuerza, o que aprovecha tu indefensión o
debilidad.
Otras veces,
sólo es necesario ser bueno, respetar al vecino, respetar la Ley, respetar lo
ajeno, para que seas una víctima indefensa ante el Poder de cualquier tipo, que
se protegen por ser poderes.
Qué
diferentes los casos, pero con el mismo silencio del pueblo ante: el abuso, la
gentuza, la dejadez de funciones de las Administraciones Públicas, de las Leyes
que protegen al abusador, la Injusticia, por Indignidad o renuncia de la
Dignidad.
Porque
al final, ninguno de estos vecinos que contamos las tropelías, la indignidad de
los vecinos que roban, el silencio del resto de vecinos que permite, ampara y
hace bueno que la gentuza indigna, campe a su voluntad con licencia para
abusar, robar o incluso matar.
Es
nuestra falta de dignidad, nuestro no hacer imposible pacíficamente: el abuso,
la guerra, la indignidad, desde nuestro silencio y pensar que son los demás,
quienes crean la sociedad donde vivimos.