La gallina se encontraría con el mismo
problema, nada que comer y sin gallo que fecundase el huevo que tendría que
poner, que en caso de suceder tendría que ser para que naciese un gallo. Un
Universo con un gallo y una gallina, sin alimento que llevarse a la boca.
Y es que la afirmación de un
Principio, no tiene futuro sin un Final, pero un principio, sin algo anterior,
sin algo que originase el Principio, nunca podría existir.
Obviamente, lo que establece el origen
a dicho Principio, tendría que tener el suyo propio. Algo para lo que nuestra
única respuesta, ha sido Dios, que para que satisfaga nuestra lógica, debe ser
Eterno, sin Principio, sin Final y sin tener otra cosa que a Sí Mismo, creó la
diversidad de un Universo, en el que Él reina, pero somos libres, al nacer con
Naturaleza de Libre Albedrío.
Me recuerda la pregunta del huevo, a
los koan del zen: “El sonido de una mano al aplaudir”, es la pregunta del
Maestro, que no tiene respuesta, no porque no exista el sonido del aplauso,
sino porque cualquier respuesta rompería el sonido.
La Existencia, es concedida sólo a la
individualidad, la cuál tiene dos mitades. Pero cualquier individualidad a su
vez, está formada e integrada por un número infinito de individualidades. Estas
individualidades al igual que las mitades, tiene Existencia, siempre y cuando
permanezcan como parte inseparable de la Individualidad.
El Universo siendo uno, Dios siendo
uno, la Vida siendo una, manifiestan su sonido en lo que cobra existencia en un
Universo, llenando su Vacío. Es lo que se llama Dualidad del Yin y el Yang,
manifestados en una misma y única individualidad.
Cuando le explicamos al Maestro, el
sonido del aplauso de una mano, nos hemos salido de dicho sonido, lo hemos
escuchado, lo hemos comprendido, pero no puede ser el sonido de Una Mano, ese
que le decimos al Maestro. El sonido, nuestra percepción, nuestro yo explicando
y el Maestro escuchando, ha creado la diversidad o el aplauso de una multitud y
su sonido.
La Mano, sólo produce silencio, un
silencio donde existen constelaciones y Universos.
Al igual que en un koan, la respuesta
a estas preguntas, sólo puede ser la de existir como koan, como huevo o
gallina.
Nacidos del Vacío, porque su otra mitad
sólo puede ser Plenitud. La Dualidad perfecta, es esa: Un Vacío como Yin,
totalmente lleno de Yang, ambos en un constante Cambio y una existencia de
Impermanencia.
Es lo que encontró Shakyamuni, como
respuesta a la pregunta de si el Principio fue un huevo o una gallina: un
Universo de auto creación, sin un Dios con nombre, a pesar de que él lo llamó
Buda. Un Dios que Es Todo, el Ser de todo, que hace que Todo sea Buda.
El Principio fue, de un huevo con
mellizos, una gallina, un gallo y todo cuanto necesitaban para alimentarse.





