Cuando me he
despertado por la mañana he puesto la radio, escuchando música hasta que me he
levantado, encendí el ordenador y fui al aseo, he mirado si tenía mensajes y las
personas que habían entrado en las páginas, preparado el desayuno y desayunado.
Ahora estoy escribiendo y probablemente después, en otro ahora, estaré
arreglando el jardín o colocando piedras en un muro que estoy haciendo, eso lo
sabré cuando lo esté realizando.
Hace tiempo
un Maestro Zen le decía, a un discípulo que quería aprender, "que lavase los
cacharros si había terminado de comer". Hay personas que lo hacen a rajatabla y
con el último bocado, ya están limpiando lo que han utilizado; otras se sienten
culpables porque no lo hacen de esta manera. Imagino que el Maestro no quería
dirigir la vida del discípulo, simplemente, le hizo una sugerencia a alguien que no sabía que hacer, guiado por la lógica, “has terminado una cosa, es el mejor
momento de empezar otra”, sin más.
Mis vecinos se
desesperan a veces, porque en varios años todavía no he terminado de arreglar, lo que un
manazas me hizo para vivir; otras veces porque he empezado algo y lo dejo en
una etapa durante meses, sin tocarlo, dedicándome a otras cosas, unas veces
porque la terminación depende de otras cosas, o bien porque me apetece o me es
más necesario lo que estoy haciendo.
Otras veces
preguntan, el por qué gasto meses de trabajo en llenar una jardinera, con tierra
recogida de los montones que hacen los topos, traída en un cubo desde lejos, o
con la carretilla si hay más cantidad. Sienten curiosidad si crecerán los nenúfares,
u otras plantas que siembro y me preguntan si se darán bien aquí con las
heladas que hay en invierno.
Solamente el tiempo, solamente cuando estén los nenúfares florecidos,
sabremos las respuestas, si lo hacen durante años, será que su fortaleza ha
podido superar las heladas, si el año que viene, tengo que sembrar otra cosa,
eternamente sus flores vivirán en el eterno jardín de la primavera de verano. Yo
solamente pongo tierra en un círculo de piedras, hay unos cubos con tierra y
agua, enterradas en ellos las raíces de nenúfar, solamente un presente eterno
dirá si están florecidos o no, es algo que no es de mi incumbencia, solamente
es un deseo de ser jardinero, el que me ha llevado a juntar esas cosas donde están,
el resto pertenece a la Vida, a la libertad de la tierra, el agua, las raíces,
la primavera; ser o no ser jardinero no depende del resultado de mi actividad,
sino del amor y la entrega que sea capaz de poner. Si espero ver las flores,
fruto de mi esfuerzo, de mi trabajo y dedicación, habré perdido mi vida en fútiles
deseos de vanagloria y egos. Es mi trabajo el que me hará jardinero, las flores
son de ellas, crecerán si es su momento, porque florecer lo que se dice
florecer, solamente el jardinero puede florecer en el corazón de las flores.
Mi día es
otro día igual que los demás, pero hoy lo vivo por primera y única vez, así me
esfuerzo por vivir toda mi vida eternamente.
Cómo decía el Maestro, “Continuamente todo está terminado tal
como está, ahora es el mejor momento para empezar tu vida, en un comienzo
eterno que te permitirá tener todo terminado, porque todo el pasado está
siempre concluido, cada cosa es lo que es, por este motivo y por tanto, perfecta”.
Si lloras porque no ves la luz del sol, las
lagrimas tampoco, verán las estrellas.
Si lloras porque ves la luz del sol, las lagrimas también, verán las
estrellas.
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